Pueblos de Segovia para hacer una pausa
Img/Ayuntamiento de Sotosalbos-Web

Si lo que quieres, te apetece o necesitas es parar el tiempo, te proponemos cuatro pueblos de la provincia de Segovia para hacer una pausa.

Sotosalbos

Tras el nombre de Sotosalbos, Sotis Albis (Sotos Blancos) en sus orígenes allá por el siglo XII, se esconde la historia de una villa que va unida a la de su iglesia. El templo es uno de los máximos y más bellos exponentes del románico rural segoviano. La Iglesia de San Miguel Arcángel de Sotosalbos es una de las iglesias románicas más bellas de la provincia de Segovia, en la que destaca su galería porticada, típica de esta zona, por la decoración y número de sus capiteles.

«El municipio cuenta de un sabor tradicional que llega sutilmente al visitante a través de su armonía constructiva a base de elementos naturales», relata el Ayuntamiento de Sotosalbos, entre los que resaltan la piedra, la madera, el cemento blanco y la teja árabe.

Sus calles empedradas, sus casas históricas, sus calles reflejo de su pasado, invitan a disfrutar del paso del tiempo, de una forma relajada y sin prisas.

Además, el enclave privilegiado de esta villa en la vera de Sierra de Guadarrama la dotan de un rico patrimonio natural, convirtiéndola en una excelente alternativa para los amantes de la naturaleza, con suaves senderos si se echa la vista hacia el interior y la  grandeza de la Sierra de fondo.

Fuentes de Carbonero

Apenas quedan restos de sus hornos de cal, la escuela o las casas de los que habitaban la localidad segoviana. El pueblo prácticamente desapareció en los años 60 del pasado siglo XX. No obstante, sus orígenes se remontan al siglo XII.

La web Los Pueblos Deshabitados refleja recuerdos entrañables. Rememora cómo Don Pedro, el cura, iba a Fuentes montado a caballo desde Bernardos. «Si el médico acudía desde Carbonero el Mayor, había que ir a buscarle con una mula», recuerda. En cuanto a la maestra, Doña Pilar, natural de Carbonero el Mayor, iba a la escuela de Fuentes «montada en bicicleta y aprovechaba para llevar a Fuentes la correspondencia o bien la traía algún otro vecino que hiciera desplazamientos frecuentes entre los dos pueblos».

Img/Wikimedia

De esas historias, quedan los recuerdos y los vestigios de un pasado que ha conformado la historia de la provincia segoviana, y por el que todavía se puede pasear y parar el tiempo.

Vegafría

Vegafría es un pueblo que todavía conserva calles y plazas sin asfaltar, lo que no supone ningún inconveniente ni es motivo de queja ni reivindicación de nadie, ya que su Plaza Mayor, «El Pradillo», tapizada de césped y sin rastro de adoquinado ni asfaltado, supone un orgullo para sus habitantes.

Tienen gran importancia las bodegas típicas de la zona y la ermita del Santo Cristo del Humilladero.

El edificio principal del pueblo es la iglesia de santa María Magdalena, que se comenzó a construir en estilo gótico, pero se remató con un artesonado mudéjar. Destacan en el interior el retablo mayor, de estilo renacentista, con la talla de María Magdalena en el centro y con pinturas del cuellarano Gabriel de Cárdenas Maldonado fechadas después de 1592; y cinco pinturas de la vida de La Magdalena y la Pasión de Cristo; así como varias obras de plata entre las que destaca la cruz gótica realizada en Segovia a finales del siglo xv.

olvídate del asfalto en este pueblo
Img/_19Tarrestnom65/Wikipedia

Pertenece a la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña y está ocalizado en el norte de la provincia de Segovia, a 76 kilómetros de la capital del Acueducto. El pueblo se agregó al municipio de Olombrada en 1970. Aunque desde 1247 se llama Vegafría, en épocas anteriores se escribía separado, “Vega Fría”, y es un lugar ideal para detenerse y olvidarse de todo.

El Muyo

Recorrer las calles de El Muyo es volver al pasado, en pura esencia. No obstante, en los últimos años se han reformado parte de sus edificios y suele atraer la atención de turistas que buscan la autenticidad y el relax de la zona, además de un rico patrimonio artístico.

Con apenas 20 habitantes, está considerado como uno de los mejores ejemplos de los Pueblos Negros de la provincia de Segova. «Tanto paredes como tejados están hechos con lajas de pizarra. Los curiosos pórticos de entrada, así como los vanos de las ventanas y los hornos de las casas son otros elementos arquitectónicos muy llamativos», resalta Segovia Turismo.

Se localiza a unos 20 kilómetros de Riaza, Ayuntamiento al que pertenece desde 1979, en las faldas de la sierra Norte de Ayllón, y se encuentra a 1.285 metros de altitud.

pequeño pueblo de piazarra
Img/Manuel-Wikipedia

La primera noticia escrita que se tiene de El Muyo data del año 1353, «aparece en la estadística de iglesias de la diócesis de Sigüenza, como perteneciente al Arciprestazgo de Ayllón «la eglesia del Muyo es un beneficio curado e riende 70 mrs (maravedies)».  Eclesiásticamente, El Muyo perteneció a la diócesis de Sigüenza, hasta que pasó a la de diócesis de Segovia en 1953.

Además del valor paisajístico, esta zona es un magnífico mirador hacia la Sierra de Ayllón y desde aquí podemos identificar cumbres tan emblemáticas como Valdebecerril, el Collado del Puerto del Infante o el Peñón de las Arcas junto al Collado Cimero.

Más artículos.- La posguerra en un pueblo de Segovia

Otras noticias.- Un pueblo medieval de Segovia se cuela entre los 20 más bonitos de España 

Otras noticias.- El plato más representativo de Castilla y León, está también en Segovia

Otros artículos.- Cachopos con premios en pueblos de Segovia

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR