El Palacio de Montarco, en Ciudad Rodrigo, acogió la entrega de los primeros Premios Rosa María García Cano, unos galardones bautizados con el nombre de la exdirectora y alma mater de la Feria, fallecida el pasado 30 de junio, que distinguen la labor de diferentes profesionales en la promoción y difusión de las artes escénicas. El Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia, Titirimundi, recogió a través de su director, Julio Michel, el Premio 2012 a la Difusión y Puesta en Valor de las Artes Escénicas como un “reconocimiento a la vitalidad de una modalidad teatral que hace 30 años languidecía y estaba a punto de morir por la ignorancia y prejuicios infundados que poco a poco hemos ido eliminando”.

Junto a Titirimundi, la revista ‘Artez’, con sede en el País Vasco, recogió la misma distinción en su trabajo por la difusión cultural. Además, la Asociación Te Veo recogió el trofeo a la Mejor Iniciativa de Programas Educativos y de Promoción de las Artes Escénicas para Infancia y Juventud; y el Premio 2012 a la Gestión Cultural vinculada a las artes escénicas fue para el director de la Feria de Teatro de Tarrega, Pau Llacuna.

En declaraciones anteriores a la recogida del premio, Michel aseguraba a Segoviaudaz.es, que la distinción es «un estímulo extraordinario y más en estás épocas de crisis”. El director de Titirimundi reconoció que es “un incentivo para continuar en este trabajo».

Michel destacó “lo certero” del premio por las razones por las que ha sido entregado, y recordó el crecimiento de Titirimundi, a pesar de que 30 años atrás el teatro de títeres “estaba relegado a un arte menor y solo para niños”. “Nos hemos situado en el mapa teatral español”, apostilló el director de Titirimundi para aplaudir la inclusión del mismo desde hace dos años en la programación del Centro Dramático Nacional, “todo un logro para Titirimundi”.

 

Más Segovia, más cultura

Tras la actuación matinal de los segovianos Teatro Mutis, la representación de compañías de Segovia se completó con el regreso a autores clásicos de Nao d’Amores, con textos de Lucas Fernández. En declaraciones a Ical, la directora de Nao d’Amores, Ana Zamora, ha explicado que las ‘Farsas y églogas’ de Lucas Fernández que presentaron en el Teatro Nuevo Fernando Arrabal es una coproducción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que permitió a la agrupación adentrarse en el universo de un autor que está considerado como “uno de los pilares de la dramaturgia clásica española”, pese a lo cual “ha pasado absolutamente inadvertido sobre las tablas”. “En su día triunfó sobre Juan del Encina en la particular ‘lucha salmantina’ que tenían, pero al final Juan del Encina pasó a la historia como el patriarca del teatro español y Lucas Fernández quedó en segunda fila”, argumentó.

Este espectáculo ha permitido a Nao d’Amores realizar un “cambio de rumbo” dentro de la línea de investigación que llevan desarrollando la última década, ya que en sus últimos montajes se centraban más en el teatro litúrgico y ritual, mientras que los textos de Lucas Fernández les han permitido regresar a un mundo “más profano, más ligado a una ritualidad más popular y menos eclesiástica”. “Es otro tipo de búsqueda que nos hacía falta para no encasillarnos. Nos ha permitido regresar al Renacimiento y a ese espíritu tan renacentista de fusión de artes tras varios espectáculos enclavados en el medievo”, añade.

“Mucha gente se extraña de que en estos momentos de crisis tan terribles nosotros nos pongamos a hablar sobre pastores enamorados, pero yo pienso que quizá es el momento de hablar de pastores enamorados, de una concepción vital y de un tipo de humanidad que se está perdiendo. Hace teatro político no es sólo hablar de lugares comunes, sino replantearse cosas que son mucho más básicas y que tienen que ver con los principios, algo que parece que a nadie le preocupa”, reflexiona.

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