El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Segovia, Enrique Guilabert, apeló hoy “al buen sentido” y “capacidad de organización” de la Consejería de Sanidad para garantizar en las próximas fechas del verano, el suficiente descanso de los médicos y el correcto servicio a los pacientes. Guilabert apuntó que, una vez pasado el punto álgido de la enfermedad, se pueden empezar a poner las bases para afrontar unas semanas que requerirán de nuevas medidas para evitar retroceder el camino andado.

En esta crisis sanitaria, Segovia registró momento extremos. “Una primera y enorme oleada de casos supuso que muchos médicos estuvieran prácticamente las 24 horas del día atendiendo la demanda asistencial que originó esta enfermedad”, recordó Guilabert. Un gran esfuerzo para toda la comunidad médica de Segovia, cuyo mayor mayor peso recayó en áreas como Urgencias, UCI, Neumología, Anestesia, Medicina Interna, Radiodiagnóstico o el Laboratorio.

Posteriormente se reforzaron estas plantillas sumando facultativos de otros servicios, que se vieron obligados a retrasar consultas y otras labores pendientes para incorporarse a la lucha contra el coronavirus. “Una suma de esfuerzos hasta relajar la incidencia de la pandemia”, declaró, sin olvidar la labor desempeñada por otros colectivos que resultaron de gran importancia, como los voluntarios médicos jubilados o los recién graduados, sobre todo los jóvenes MIR que, según Guilabert, “con destreza y dedicación han sabido estar a la altura de las circunstancias”.

El presidente del Colegio de Médicos de Segovia remarcó que esaa suma de esfuerzos para hacer un frente común y ahora es necesaria “una buena dotación de personal en las plantillas para asegurar el descanso y las vacaciones estos próximos meses, sobre todo, en la previsión de que pudiera darse un repunte a la vuelta del verano”.

En su opinión se actuó “con buen criterio” al centralizar todos los medios posibles y ponerlos a disposición de la resolución del problema como derivar pacientes a otros hospitales y dependencias ajenas al sistema público, donde recibieron una actividad asistencial complementaria. El paso de las semanas permitió rebajar los ingresos en los servicios de Urgencia y UCI para devolver recursos humanos y tiempo al desempeño de otras patologías, retomando alas intervenciones y consultas habituales que nunca se dejaron de atender pero sí registraron retrasos y aplazamientos.

Enrique Guilabert puso el foco de atención en muchos pequeños núcleos que duplican o triplican la población con las dificultades logísticas para las dotaciones de medios y recursos humanos en las áreas de salud del ámbito rural. Esta circunstancia tiene que tener encaje con el período vacacional de los sanitarios, sin olvidar otros factores sobrevenidos por la crisis del COVID-19, como las adaptaciones de los centros y consultorios a las imprescindibles medidas de distanciamiento, compartimento y desinfección, necesarias para mantener la baja incidencia de la enfermedad.

Mantener unas estructuras fuertes

En la mayoría de los consultorios rurales será complicado mantener los criterios sanitarios para evitar al máximo los contagios, sobre todo, insistió el doctor Guilabert, cuando es previsible que exista un incremento de población en nuestros pueblos por visitantes y desplazamientos a segundas residencias. «Estructuralmente, los centros tienen pocas alternativas», subrayó

A este respecto, el responsable del Colegio de Médicos de Segovia mostró su preocupación porque, una vez controlada la pandemia, se tenga la intención de volver a caer en los recortes, devolviendo al sistema a una situación de precariedad y falta de inversión, apostando por unos servicios públicos sanitarios fuertes, sin debilitar “estas estructuras en cualquiera de sus frentes” ysin echar a la calle a los profesionales que hicieron una gran labor en los momentos de gravedad porque la situación no está controlada del todo. “El virus sigue ahí fuera y se van a precisar más esfuerzos”.

Desde la entidad colegial  reclamaron a la Junta que no se reduzca personal en algunos Puntos de Atención Continuada, como en Boceguillas, que requieren un médico y una enfermera para cumplir correctamente su función. “Dejar únicamente una enfermera es un error ya que las competencias médicas no pueden verse mermadas. Otras funciones son igualmente necesarias y complementarias, pero no se puede prescindir de la figura del médico sin que se produzca una incidencia en la deseable asistencia a los ciudadanos”, argumentó.

La crisis económica hace de unos años y el azote del coronavirus recientemente, obligaron a cambios en las pautas diarias de los facultativos. El cierre de centros de salud y ambulatorios en zonas más despobladas, por unas razones u otras, reorientaron parte del trabajo de los médicos hacia labores no presenciales en unos casos y hacia atenciones que requieren mayores desplazamientos en otros, con un incremento notable de la cita previa, las teleasisencias, así como de las visitas domiciliarias de pacientes.