Los trabajos de restauración de las pinturas murales de María del Salto, ubicadas en el claustro de la Catedral de Segovia, han concluido y este conjunto pictórico ya puede verse tras el restablecimiento de la imagen original, que representa el conocido milagro y que además cuenta con una urna, en su parte inferior, que contiene sus restos procedentes de la antigua Catedral, según ha informado el Cabildo Catedral.

Esta pintura mural data del 1561, realizada por Alonso de Arévalo y repintada en siglos posteriores.

Los trabajos llevados a cabo por los restauradores, Paloma Sánchez y Graziano Panzieri, se centraron en solucionar los problemas de adhesión de las capas de mortero al muro. El mural con la representación del milagro destacaba por el mal estado de conservación debido a las modificaciones en su pintura y a la humedad que emana del claustro.

En el análisis previo al comienzo de la actuación se pudo constatar el oscurecimiento de la pintura de la escena y de la urna, ciertos levantamientos y pérdidas del estrato pictórico, además de la dificultad para identificar el original del repinte. En esta primera fase se tomaron muestras para localizar las diferentes capas y composición, junto con una limpieza superficial para retirar posibles restos orgánicos, depósitos de suciedad o estructuras orgánicas como telarañas.

El comienzo de los trabajos se centró en consolidar la capa base del sustrato a través de inyecciones y pinceles en aquellas partes donde el soporte de las pinturas estaba disgregado, y se cepillaron los sillares en las zonas en las que la piedra del muro quedó al descubierto.

Para eliminar la suciedad que hubiera quedado adherida se llevó a cabo una segunda limpieza de la superficie, y se procedió a la eliminación de los repintes. La pintura presentaba dos grandes zonas donde se había repuesto el encalado perdido con un mortero basto y muy duro que empujaba los enlucidos originales, creando abultamientos con riesgo de desprendimiento. Sobre estas partes perdidas y repuestas se habían pintado escenas inventadas y poco afortunadas en cuanto a dibujo y color.

Para este proceso, que supuso la eliminación de parte de las escenas de la pintura, los trabajadores contaron con la supervisión de un técnico de restauración de la comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León.

Por último, para dar unidad, legibilidad al conjunto y para ayudar a una mejor lectura visual del mismo, se decidió realizar una reintegración cromática de las lagunas de color, mediante el empleo de acuarelas: las pequeñas y numerosas lagunas se entonaron imitativamente, y en las grandes lagunas se trató de hacer una tinta neutra imitando el color original circundante e identificándolas mediante una trama de líneas cruzadas.

El criterio que se siguió fue el de la mínima intervención necesaria dentro de un planteamiento de coherencia y homogeneidad.

Esta pintura ya se puede contemplar en su totalidad durante la visita cultural a la Catedral en horario de 09:30 a 21:30 de lunes a domingo. El coste total ascendió a 38.000€, sufragados por el Cabildo Catedral gracias a la venta de entradas.