El sector hotelero de Castilla y León se prepara para afrontar otro “mal verano” con una cifra baja de reservas, similar a la registrada el año pasado, aunque en algunos casos, como en Ávila, Burgos y Palencia, auguran que incluso será peor. En el resto de las provincias, aunque los primeros días de julio han sido “flojillos”, los responsables de estos establecimientos también se muestran pesimistas, aunque recalcan que todavía no se puede hacer una previsión certera sobre la ocupación final porque la mayoría de los clientes esperan “a última hora” para hacer sus reservas. Confían en que al menos se sitúe en los niveles de 2011.

Asimismo, las distintas asociaciones de hoteleros, hosteleros y alojamientos turísticos de la Comunidad muestran su “temor” ante una posible subida del IVA por parte del Gobierno, una decisión que creen que haría “un daño terrible” a un sector que ya ha sufrido duramente las consecuencias de la crisis.

El vicepresidente de la Asociación Industrial de Hosteleros Segovianos (AIHS), Javier García Crespo, auguró un verano parecido al de 2011 aunque apuntó que las reservas, al igual que los días de estancia media de turistas españoles, han sufrido ligeros descensos, aunque señaló que es pronto para ofrecer pronósticos. También el gasto medio de los visitantes de la capital segoviana está sufriendo caídas, aunque señaló que, “dentro de lo malo, aguantamos”.

Aunque las pernoctaciones continúen siendo “la asignatura pendiente de Segovia”, García comentó que la situación de la capital del Acueducto, sus monumentos “conocidos a nivel mundial” y su temperatura hacen que durante el verano la gente se anime a visitar la ciudad, saliendo a la calle y a las terrazas, y consiguiendo así “una línea de turismo más continuado”.

El presidente de la Asociación de Hoteles y Alojamientos Turísticos de Ávila, Alberto Sánchez, señaló que temen que este verano sea “mucho peor” que el del año pasado cuando la incidencia de la crisis estuvo amortiguada por la repercusión que tuvo en la capital la Jornada Mundial de la Juventud. La caída registrada en las pernoctaciones en los puentes y fines de semana del invierno lleva a los hoteleros abulenses a afrontar la época estival con pesimismo y “con mucho miedo”, según Sánchez, quien apuntó que estos primeros días de julio se ven “restaurantes y hoteles vacíos” cuando a estas alturas deberían estar, cuando menos, a media ocupación. “Ni siquiera se ven turistas de paso por las calles”, insistió Sánchez, quien recordó que en Ávila han cerrado dos hoteles en lo que va de año y que él mismo se lo está planteando porque acumula “varios meses de pérdidas”. “Quizá la única salida sea cerrar y esperar a que esto pase”, comentó.

Las expectativas en la capital burgalesa tampoco son nada halagüeñas ya que todo apunta a que los resultados obtenidos este verano serán parecidos a los 2009, cuando se registraron los peores datos de los últimos cinco años. El presidente de la Federación de Hosteleros de Burgos, José Luis López, explicó las reservas han caído “en gran medida” para los meses de julio y agosto, aunque los hoteles se mantienen a la espera de las reservas de última hora. “Las expectativas son francamente negativas y tememos que esta tendencia se acreciente más si cabe con la llegada del invierno”, recalcó López, consciente de que la bajada de precios no se ha traducido en un aumento del número de consumidores. “Ni hosteleros ni hoteles podemos bajar más los precios, hay bares que venden todo a un euro y ni con esas”, apostilló.

El presidente de los hosteleros leoneses, Antonio Matilla, reconoció que existe una sensación de “angustia” en el sector por los datos económicos que se están registrando en las últimas fechas. Por ello, apostó por ir “semana a semana” y no fijar objetivos a medio o largo plazo, y sobre todo confiar en el tiempo, que es el que está “condenando” al sector, esperanzados en igualar las cifras de 2011. Además, confía en que el tiempo sea benevolente en las próximas semanas, ya que es el factor que hasta el momento está marcando el desarrollo de la campaña veraniega, que ha empezado “flojilla”. Sin embargo, aspiran a poder “igualar” las ventas de 2011, que fue un año “regular”, tras haber “tocado fondo”.

En Palencia, los responsables de los hoteles no son optimistas respecto a las reservas veraniegas y sus previsiones oscilan entre un 15 y un 20 por ciento de descenso en el número de pernoctaciones respecto al pasado año. Desde el Hotel San Gar, de Venta de Baños -el de mayor capacidad del alfoz-, la responsable del departamento de reservas, Carmen Cidad, sostuvo que “el turismo nacional que viene generalmente de agencias ha caído y se limitan mucho las peticiones con una caída del 20 por ciento”. No obstante, indicó que salvan en cierto modo la temporada “los trabajadores de paso por empresas de los polígonos y los que instalan y reparan tendidos eléctricos en las obras del AVE”.

 También el sector hotelero en Salamanca vive con preocupación estos primeros días de verano al constatar que por el momento siguen sin repuntar los malos datos del último trimestre. Según precisó el presidente del colectivo, Silverio Vicente, continúa habiendo plazas libres a pesar de que se ha producido una notable bajada de los precios que los ha situado incluso por debajo de las tarifas de 2011, cuando ya se había producido un descenso orientado a intentar animar el mercado. Sin embargo, apuntó que muchos clientes están dejando las reservas para última hora, por lo que no se pueden aventurar datos precisos de ocupación veraniega puesto que aún se confía en que a partir de la segunda quincena de julio y a lo largo de agosto recale en la provincia charra un tipo de turismo familiar que suele pernoctar varios días. El panorama, sin embargo, se ve por el momento “triste”, reconoció Vicente.

La Asociación de Hosteleros de Soria (Asohtur) también resaltó que los primeros indicadores de ocupación de la temporada de verano en la provincia revelan una débil demanda de reservas, inferior al 50 por ciento de su capacidad. Además, se concentran casi exclusivamente los viernes y los sábados. Sin embargo, Asohtur prevé que estas cifras se vayan elevando paulatinamente dado que el turista español ya no programa sus vacaciones con mucho tiempo de antelación, sino que espera a los últimos días.

En Valladolid, el vicepresidente de la Asociación Provincial de Hostelería, Francisco Frutos, aseguró que a estas alturas las previsiones son “bastante dudosas” porque los clientes esperan “hasta última hora” para reservar, pero que los responsables de los hoteles tienen “miedo” de que las malas expectativas que tiene el turismo de sol y playa “se trasladen al turismo de interior”. Frutos añadió que esperan que las promociones turísticas organizadas por el Ayuntamiento salven un poco la situación en la capital e incidió en la incertidumbre que existe en el sector ante una posible subida del IVA por parte del Gobierno, que cree que les haría “un daño terrible”.

Por último, la Asociación Zamorana de Empresarios de Hostelería (Azehos) augura una “mala temporada” veraniega, siguiendo “la tónica” de los primeros seis meses del año. “Siempre tendemos a ilusionarnos con el verano porque suele arreglar un poco las cosas, pero este año tiene mala pinta desde el principio”, afirmó el presidente de Azehos, Óscar Somoza, quien apuntó que durante la Semana Santa, el período más fuerte del año en la capital, y en los puentes consiguieron “salvar los muebles” en cuanto a nivel de ocupación pero “a base de un menor consumo” por parte de los clientes, “una importante merma en restaurantes y un menor precio en la mayoría de los casos en estancias hoteleras y de turismo rural”.

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