Adolfo Suárez nació en Cebreros (Ávila) el 25 de septiembre de 1932, y no lo hizo en Madrid, donde residía la familia, por el expreso deseo de su madre Herminia de dar a luz en su tierra. Cursó estudios en el Colegio San Juan de la Cruz y en el Instituto de Enseñanzas Medias y pasaba largas temporadas veraniegas en el municipio abulense de El Tiemblo, junto a sus tíos. Siendo joven decía que sería el primer presidente de la Tercera República. En 1948 se matriculó en Derecho en la Universidad de Salamanca, licenciatura que obtuvo en 1954, y realizó el servicio militar en Melilla.

A mediados de los años 50 se marcha a probar suerte en Madrid para ayudar a su familia y aunque llegó a plantearse ingresar en el seminario, finalmente empieza a trabajar en el Gobierno Civil como responsable de los ayuntamientos de la provincia. Como anécdota, por aquellos años se presentó como extra para el rodaje de ‘Orgullo y pasión’ que tuvo lugar en Ávila, ciudad a la que siguió vinculado y donde conocería a la que se convertiría en su esposa en 1961, Amparo Illana.

En 1958, con 25 años, empieza a trabajar en la Secretaría General del Movimiento de la mano de Fernando Herrero Tejedor. En 1964 es nombrado secretario de las comisiones asesoras de Radio Televisión Española, RTVE, donde llegaría a ser jefe de programas y director de la primera cadena. En 1967 se presentó como procurador por Ávila a las Cortes y desde su puesto en RTVE realizó una magnífica promoción de la ciudad de Ávila que le sirvió para su personal campaña electoral. En las elecciones de octubre obtiene la confianza de 34.003 votantes, sólo superado por el entonces alcalde de la capital abulense.

En 1968 se convierte en gobernador civil de Segovia y un año después, conocería al príncipe Juan Carlos. En este cargo tuvo que enfrentarse al derrumbe del conjunto residencial Los Ángeles de San Rafael, en junio de 1969, en el que fallecieron 58 personas. El suceso se produjo por una negligencia de su promotor, Jesús Gil y Gil. Por su actuación ante la tragedia, Suárez fue condecorado con la Gran Cruz del Mérito Civil.

En noviembre de 1969 es nombrado director general de RTVE y ve más cerca sus aspiraciones de ser ministro. Presentó su dimisión, aunque continuó en el cargo, al rechazar la orden de transmitir en directo la boda de Carmen Martínez Bordiú con Alfonso de Borbón, al que un sector del Régimen quería presentar como alternativa al príncipe Juan Carlos. En 1972 crea el Consejo General de RTVE y pone al frente a Fernando Herrero Tejedor.

En 1971 vuelve a ser elegido procurador por Ávila y en 1973 se frustra su deseo de entrar como ministro de Carrero Blanco, quien moriría asesinado por ETA al poco de formar gobierno. Dos hombres fueron clave en la trayectoria política inicial de Adolfo Suárez, Herrero Tejedor y Torcuato Fernández Miranda, presidente de las Cortes con el Gobierno de Carlos Arias y responsable directo de la redacción de la Ley para la Reforma Política.

En marzo de 1975, Herrero Tejedor lo nombra vicesecretario del Movimiento, lo que le abre las puertas del Consejo de Estado y a finales de ese mismo año asume la Secretaría General del Movimiento. Ya como ministro muestra una clara oposición al camino emprendido por Carlos Arias para la reforma ya que es consciente de la incompatibilidad de éste con el proceso democratizador.

El papel de Fernández Miranda en la designación de Suárez como presidente del Gobierno por el Rey fue clave pues ideo un perspicaz sistema de votaciones en el Consejo del Reino en el que Suárez logró el tercer puesto en la lista que se presentaría ante el Rey. Así, el 3 de julio de 1976 la Casa del Rey hace pública su designación como presidente del Gobierno, un nombramiento que despertó un clima de desconfianza entre los más liberales y los más proclives a la continuidad del Régimen. Suárez anuncia elecciones generales antes de junio de 1977 y habla pronto de amnistía, de Estado laico y de que todos los partidos tengan cabida en el Parlamento.

La amnistía, clara señal hacia la reconciliación y para tomar en serio la transición, se aprueba el 30 de julio. También se aprobó la Ley para la Reforma Política, que obtuvo un 97,2 por ciento de los votos de los españoles en el referéndum. En enero de 1977, un grupo de ultraderecha asesina en su despacho de la calle Atocha a cinco abogados laboralistas. Episodios como este, así como la actividad de GRAPO y ETA añaden duros obstáculos a la transición pues se vincula el caos a la libertad y a la democracia. En abril de 1977, aprobada ya la Ley Electoral, Suárez se convierte en artífice directo para legalizar el Partido Comunista, PCE, y en octubre culmina el proceso para restablecer la legalidad de la Generalitat de Cataluña con Josep Tarradellas al frente, en el exilio desde 1939.

 

UCD

En mayo de 1977 se firma el acta fundacional de la Unión de Centro Democrático, que bajo la presidencia de Suárez aglutinaba un conglomerado de fuerzas políticas democristianas, reformistas y socialdemócratas con la clara premisa de alejarse de la derecha y ganar las elecciones de junio desde el centro, disputando los votos de centro- izquierda del PSOE. Una formación con sumos intereses cruzados que no harían más que incrementarse con el tiempo a pesar de que en diciembre todas las fuerzas de UCD se unifican en un solo partido.

En las elecciones, UCD consigue el 47 por ciento de los escaños y 165 diputados, frente a los 128 del PSOE. Suárez compone el nuevo Gobierno bajo dos objetivos prioritarios: elaborar una Constitución y convocar de nuevo elecciones. En su primer Gobierno, la UCD tuvo que enfrentarse a una profunda crisis económica con una inflación del 42 por ciento y para la que Suárez buscó solución a partir de los Pactos de la Moncloa que incluían medidas como reducir el gasto público, reforma fiscal y financiera y el Estatuto de los Trabajadores. Se aprobaron también importantes medidas sociales como la despenalización de los métodos anticonceptivos y otras medidas a favor de la libertad de expresión. Los pactos se firman en octubre del 77, con efectos inmediatos y una notable liberalización de la economía.

El 27 de julio de 1978 el Congreso aprueba la Constitución, que el 6 de diciembre recibiría el apoyo de los españoles en el referéndum. En ese mismo año, el Gobierno de UCD comenzó lo que se denominó “café para todos”, nacía así el Estado de las Autonomías que a lo largo del 79 vería aprobados los estatutos vasco, catalán y gallego. Todo el mandato de Suárez estuvo teñido por los asesinatos terroristas, que no cesan a pesar de una nueva ampliación de la amnistía. Junto a ETA y el GRAPO, la crispación es alimentada por grupos de extrema derecha y cada vez es más sonado que se fragua un golpe militar. Fue la ‘Operación Galaxia’, que obligó a sustituir por los GEO a la Agrupación del Servicio de la Guardia Civil que custodiaba la Moncloa.

En las elecciones de marzo del 79, Suárez ratifica su mayoría absoluta. Al año siguiente se incrementa la evidencia de las disensiones internas en UCD que debilitan al partido y por ende, al Gobierno y a Suárez, contra el que el PSOE presentará en mayo una moción de censura, que fue rechazada. Meses más tarde es su partido el que cuestiona abiertamente su liderazgo y le exige un reparto más equitativo de responsabilidades, ya que entendían que había concentrado demasiados poderes en su vicepresidente, Fernando Abril.

La presión militar se dispara en la primavera de 1980. Fue en septiembre de ese año cuando se debate la moción de confianza que Suárez ganó en el Parlamento, aunque su partido le da la espalda y no elige a su candidato como portavoz del grupo parlamentario, sino a Miguel Herrero. Suárez comienza a plantearse seriamente su dimisión, un sentimiento que refuta cuando empieza a sentir que ya no cuenta con el apoyo absoluto del Rey.

 

Dimisión

El 29 de enero de 1981, Adolfo Suárez dimite. Se va, dice, por el bien de España. “Me voy sin que nadie me lo haya pedido”, expresó en el discurso que se retransmitió por televisión. Siendo presidente en funciones se produce el golpe de Estado del 23- F en el que según han relatado testigos presenciales, se enfrentó directamente a Tejero cuando éste secuestró el Congreso y a todos los que aquella tarde asistían a la investidura de Calvo Sotelo.

En los meses posteriores al golpe, UCD acaba de resquebrajarse y Suárez abandona oficialmente el partido el 28 de julio de 1982. Tres días después presenta en sociedad un nuevo partido: Centro Democrático y Social, CDS, con el que concurriría a las elecciones de octubre. Los comicios los gana el PSOE con mayoría absoluta y CDS obtiene tan sólo dos diputados: Suárez por Madrid y Agustín Rodríguez Sahagún por Ávila. En los siguientes comicios lograría 19 escaños, pero pronto aparecieron escisiones internas en el CDS y en el 89 vuelve a caer a los 14 escaños. Las tensiones y dimisiones en el seno del partido se suceden durante 1990 y la derrota en los comicios municipales de 1991 le lleva a la dimisión como presidente de su segundo proyecto político.

Avanzados los años 90, tendrá lugar la que Carlos Abella en su biografía ‘Adolfo Suárez, el hombre clave de la transición’ define como la rehabilitación política de su figura con premios como el concedido por la Generalitat o el Príncipe de Asturias de la Concordia, así como nombramientos como Doctor Honoris Causa en diversas universidades. Además, en 1997 recibió la Medalla de Oro de Castilla y León. En 2001 sufre la muerte de su mujer, aquejada de cáncer, enfermedad por la que también moriría su hija Marian tres años más tarde. A mediados de 2003 se le diagnostica una enfermedad cerebral degenerativa que ha ido borrando su memoria y que le ha impedido ser consciente en estos últimos años de vida quién fue y lo que su figura ha significado en la historia de España.

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