Nadie ha querido perdérselo. Vecinos de Paradinas, familias completas y aquellos que vivieron su infancia en la pequeña pedanía han visitado esta semana la exposición ‘El Monumento’ que ha reunido en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, catalogada como Bien de Interés Cultural, un conjunto de obras de arte, telares y enseres critianos que permanecían almacenados en la Iglesia. La muestra, organizada por la Asociación Cultural y Juvenil, la parroquia de Paradinas y el Ayuntamiento ha contado con la colaboración de todos los vecinos, encargados de restaurar algunas de las piezas que, hasta el día 15, han podido contemplarse en esta pequeña pedanía, de apenas 70 habitantes.

Por turnos, los vecinos han velado por la seguridad de las piezas, de valor emocional incalculable. Allí, como si de guías turísticos se trataran, explicaban a los visitantes y foráneos cómo algunos de los telares expuestos, o de los cálices, habían sido almacenados durante años, junto a trajes de sacerdotes y figuras religiosas. Pasados los años, los habitantes de la pequeña localidad optaron por desempolvar estas piezas y dotarlas “del valor que se merecen”, evitando un mayor deterioro.

La muestra, que ha recibido cientos de visitas, contenía los lienzos, conocidos como monumentos, de la iglesia de Paradinas, pintados por Luis Gómez en el año 1684, tal y como figura en el Libro de Fábrica de 1639/1700, dónde además del coste (546 reales) se explican los motivos para hacer dicho monumento en catellano antiguo: “que an costado çiento y çinquenta y seis baras de anjeo para haçer un Monumento de anjeo pintado con la historia de la Passión, por evitar indeçencias en el que se solía haçer […].” Los telares representan el Calvario y únicamente son expuestos durante la Semana Santa, como parte de un arte efímero que, entonces, obligaba a los feligreses a hacer cada año un nuevo lienzo. Frente a ello, para evitar gastos o bien por moda, se optó por representar las escenas de la Pasión en grandes lienzos que eran expuestos cada Semana Santa. Además de ellos, los visitantes también han podido contemplar dos urnas con reliquias, una talla del siglo XIII que representa a la Virgen ofreciendo un fruto al Niño Jesús y otros enseres, como pedones, misales, vinajeras y un mosaico de la localidad.

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