La Junta está revisando la decisión del Tribunal Superior de Justicia que ha anulado la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del Conjunto Histórico de la Plaza de Santa Eulalia, antes de determinar si recurre o no ante el TSJ.

Hace ya más de un año que el Gobierno Regional aprobó, en septiembre de 2020, la declaración como BIC con categoría de Conjunto Histórico la Plaza de Santa Eulalia, pero ahora ha recibido un nuevo revés tras la decisión del TSJ.

La Plaza de Santa Eulalia se localiza en el arrabal histórico de mismo nombre, al sur de la Plaza del Azoguejo en la ciudad de Segovia, inscrita en el año 1985 en la Lista de Patrimonio Mundial. El arrabal de Santa Eulalia en el Camino de Madrid, será el eje principal focalizador del comercio derivado de la trashumancia y era atravesado por el arroyo clamores -soterrado en la actualidad- y allí se estableció la industria pañera. Arrancaba en el azoguejo y concluía en el descampado en que se celebraba el mercado de ganados, ya camino hacia Madrid. El conjunto se caracteriza por su vinculación a la iglesia románica de Santa Eulalia, eje central del conjunto. Se trata de una iglesia de origen románico siglo XII, muy transformada en época barroca del siglo XVII, especialmente su interior.

La Plaza de Santa Eulalia, centro neurálgico del arrabal, era fundamentalmente el barrio de los tejedores de paños y aquí se encontraba el conjunto más homogéneo de arquitectura civil del siglo XVI de la ciudad, caracterizado por casas construidas con ladrillo y armazón de madera, con frentes de fachadas con soportales. En la actualidad se conservan algunas de estas edificaciones en las calles del este y oeste de la plaza, por lo que este espacio se constituye como único testigo y perdurable huella de este ámbito extramuros de la capital. En la esquina entre la Plaza de Santa Eulalia y la calle San Antón, se encuentra la Casa de los Comuneros hermanos Buitrago de finales del s XV principios del XVI.

Asimismo, el conjunto conserva interesantes ejemplos de arquitectura civil residencial del siglo XIX, que han ofrecido un paisaje urbano peculiar durante más de un siglo. De esta misma época, por detrás de la iglesia de Santa Eulalia, se localizan algunas edificaciones de menor relevancia, que conservan singularidades locales como el esgrafiado segoviano.