Castilla y León, eminentemente rural, es la Comunidad Autónoma más envejecida con un 25,3% de población mayor de 65 años, y el 9,4% son mayores de 80 años. El 60% de los mayores, dependientes, viven en municipios rurales. La edad aumenta la posibilidad de vivir en soledad y la proporción de mujeres dependientes que viven en soledad en Castilla y León, es significativa, el 21,2% mujeres frente al 5,2% de los hombres.

Muchas personas que residen en el medio rural, se encuentran sin apoyos familiares próximos que puedan afrontar su cuidado regular y el 32,3% de los mayores de 80 años con dependencia no cuentan con red de apoyo familiar cercano y el 19,4% han tenido que cambiar de domicilio por falta de condiciones de la vivienda donde residían, según se indica en la Estrategia de Prevención de la Dependencia para Personas Mayores en Castilla y León.

La soledad no deseada constituye un grave problema de salud y es una preocupación creciente de las personas mayores ya que existe un mayor riesgo y de hecho 22% de personas mayores de 65 años manifiestan esta situación temida y dolorosa.Este sentimiento repercute directa y negativamente en la satisfacción de sus necesidades sociales, de salud, empeorando la esperanza y calidad de vida.
Todo ello, se lo hemos hecho saber a los participantes de las actividades individuales, y grupales que se han desarrollado a lo largo de 2019, y que aún continúan. Estas actividades tratan de empoderarles para no ser dependientes de apoyos externos y facilitar la continuidad de la relación y el compromiso intergeneracional y vecinal.