Las obras de mejor de la Casa Parroquial de Aguilafuente han sacado a la luz una escultura del siglo XV, se trata de una pieza que completaba la escena del tímpano de la portada sur de la iglesia de Santa María de Aguilafuente, uno de los mejores conjuntos escultóricos góticos de la provincia de Segovia.

Así lo desvelan las historiadoras al frente de la investigación, Silvia Olmos y Laura Frías. Según explican, existían evidencias de la presencia de esta escultura en las fotografías de Daniel Zuloaga, publicadas en el catálogo de la exposición La Función. Aguilafuente y Daniel Zuloaga que celebró el pasado año el Museo Zuloaga, dependiente del Museo de
Segovia, con motivo del centenario de la muerte del ceramista y que actualmente
expone una pequeña muestra el Aula Arqueológica de Aguilafuente.

Se trata de una escultura de bulto, en posición orante ante la escena de la Anunciación
que se desarrolla en el tímpano, que carece de cabeza y manos, deterioro por el cual
se presume que fue retirada de la portada de los años cuarenta del siglo XX, pero que
muestra ser un claro ejemplo de figura del donante o promotor de la obra. Este tipo de
representaciones son muy comunes a finales del siglo XV, muestra de su poder y su
riqueza.

La historiadora y arqueóloga Laura Frías junto con la historiadora del arte Silvia Olmos darán a conocer las primeras investigaciones que han llevado a cabo de la pieza el
próximo domingo 30 de abril tras la misa mayor de las 13:00. El objetivo principal de esta actividad es dar a conocer la pieza al público en general y poner esta pieza en valor, pues se trata de una persona importante y adinerada, que costeó una importantes obras de remodelación en la iglesia a finales del siglo XV con un programa iconográfico muy rico e interesante fuertemente vinculado con el sínodo que en ella se celebró.

La iglesia de Santa María de Aguilafuente, cuyo origen está a finales del siglo XII como muestra su maravilloso ábside en la línea del románico del ladrillo típico de Tierra de Pinares, albergó la celebración entre el 1 y el 10 de junio de 1472 de un sínodo episcopal convocado por el obispo Juan Arias Dávila y cuyas actas se convirtieron en el primer libro impreso en España.

La aparición de esta escultura y su estudio conllevarán el enriquecimiento del ya extenso patrimonio artístico y cultural de la provincia de Segovia, especialmente relacionado con
una época de especial interés por su prosperidad y personajes tan relevantes como el ya mencionado obispo Juan Arias Dávila.