La salud mental es uno de los principales retos de la sociedad actual, también el alto índice de suicidios. Ahora, un programa de prevención de conductas suicidas servirá para que efectivos de Protección Civil forme a Bomberos y Policías Locales de las distintas provincias castellanoleonesas para evitar conductas suicidas.

El plan de formación de la Agencia de Protección Civil para 2023 incluye siete ediciones del curso ‘Actuaciones en conductas y riesgos suicidas’, impartidas por el Colegio de Psicología de Castilla y León, orientado a capacitar a bomberos y policías locales para abordar estas conductas y protegerse psicológicamente como primer interviniente.

Los policías locales que patrullan las calles y los bomberos de servicio son recursos del sistema de Protección Civil de gran valor para abordar la primera intervención frente a una conducta suicida, por la rapidez con la que pueden llegar a la escena, señalan desde la Junta, y detallan que en el primer semestre de este año se han celebrado siete ediciones del curso en Ávila, Burgos, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria y Valladolid, con una participación global de 72 bomberos profesionales y 63 policías locales.

El curso se estructura en torno a dos ejes fundamentales: la comprensión de qué es el suicido y cómo gestionar la actitud suicida de la persona con la que se va a tener que interactuar y la protección como intervinientes, es decir, la preparación psicológica de los mismos bomberos y policías locales para enfrentarse a esa situación de estrés poniendo en práctica habilidades de autoprotección.

Los participantes profundizan en el conocimiento de la conducta suicida, se presta especial atención al suicidio en personas mayores, se analiza el tratamiento que hacen del suicidio los medios de comunicación, y se dedica un espacio de estudio a la atención telefónica de las conductas suicidas.

Un peso destacado tienen los protocolos, pues su valor en la gestión de los intentos autolíticos es indudable, ya que permiten que las intervenciones sean homogéneas, que se reduzcan las conductas impulsivas de los intervinientes, que se mejore la identificación de los factores que rodean la conducta suicida y que la toma de decisiones sea más fácil.

 

En el curso se estudian tres protocolos básicos: el protocolo de actuación cuando el acto suicida está en curso, el de intervención cuando el consultante refiere el suicidio de un familiar y el de actuación en conductas autolíticas.