Más del 60 por ciento de los casos de intoxicación por monóxido de carbono que ha gestionado el centro de emergencias Castilla y León 1-1-2 este año, tienen su origen en el gas procedente de sistemas de calefacción con combustibles vegetales. Tales como el carbón, el cisco, la leña y  los «pellets» (en menor medida). Así lo ha enunciado la Comunicación de la Junta de Castilla y León.

La principal recomendación para evitar la concentración del gas, es tratar de mantener la estancia en la que se instale una calefacción de este tipo ventilada. Ya sea dejando una puerta abierta o una rendija de la ventana. Esto permitirá circular el aire puro. También es aconsejable no colocar estos tipos de calefacción en los dormitorios.

Dentro del Plan de Promoción de la Autoprotección de Castilla y León, la Agencia de Protección Civil y Emergencias recuerda, que en el caso de las instalaciones de gas, hay que asegurarse de que todos los equipos de calefacción estén instalados correctamente. Además de realizar las revisiones periódicas por parte de un profesional cualificado. Cuando los aparatos estén en funcionamiento, es importante verificar que el color de la llama que emiten sea adecuado. Cuanto más azul sea la llama, más perfecta es la combustión. Además de asegurarse de que todos los aparatos se encuentren en una zona de ventilación óptima y adecuada, es importante también no taponar nunca las rejillas y respiraderos de las distintas estancias de la casa.

Revisión de chimeneas

Puede resultar peligroso utilizar equipos portátiles como hornillos, barbacoas… que queman combustible, en el interior de espacios cerrados. Se deben revisar también las chimeneas y los conductos de ventilación antes de comenzar la temporada de frío y después de episodios de nevadas.

Qué hacer ante una intoxicación por monóxido de carbono

El peligro se encuentra en un gas, el monóxido de carbono, que es prácticamente imposible de percibir por los sentidos. No tiene olor y es invisible.

La única manera de detectar la irrupción de este gas venenoso son los síntomas que provocan en el ser humano. Entre ellos:

  • Aparición súbita de dolor de cabeza de intensidad progresiva.
  • Mareos.
  • Desorientación.
  • Náuseas y vómitos.
  • Sensación de hormigueo.
  • Dolor general.
  • Desvanecimientos.

Cabe destacar la utilidad de instalar de sensores en la vivienda como una medida preventiva para detectar la presencia del gas.

En caso de ser víctimas de una intoxicación por monóxido, o de encontrarse en una vivienda en la que hay una concentración alta de este gas, lo primero que hay que hacer es abrir las ventanas para permitir la entrada de oxígeno que ventile el ambiente, contactar con el centro de emergencias 1-1-2 para solicitar ayuda, para lo que se informará del lugar en el que se produce la emergencia y el número de personas que requieren asistencia y su estado. Finalmente, y si es posible, alejar a las personas afectadas de la fuente de origen del gas.