Los Mayas. Los mismos que predijeron el calentamiento del planeta, el eclipse solar de 1999 o el derretimiento de los polos, finalizaron su calendaria el 21 de diciembre. Para muchos, es el fin del mundo, para otros un profundo cambio que afectará a todo el Planeta. Habladurías, teorías y noticias en los medios de comunicación se mezclan desde hace ya un tiempo en torno a un «apocalipsis» que la NASA se encarga de negar rotundamente.

No es la primera vez que nos lo cuentan, lo hemos hablado cientos de veces con nuestros amigos y familia: ¿Y tú qué harías si te dijesen que el mundo se acaba en un mes? y siempre escuchamos las mismas respuestas: “Yo me iría de fiesta”, “yo me gastaría todo mi dinero”, “yo diría te quiero a todos los que me rodean”, yo… ¿Pero verdaderamente nos hemos parado a pensar cómo sería ese acontecimiento? ¿desaparecerá todo lo que nos rodea, o solo la especie humana?, ¿qué pasará con el planeta?, ¿y con nuestra ciudad? El Acueducto se derrumbaría piedra por piedra y el Alcázar o la Catedral… Desaparecerán los bares en los que habitualmente nos tomamos un café o una cerveza, nuestros rincones favoritos…

Existen importantes obras de arte que reflejan el día apocalipsis: “El fin del Mundo” de Solana, en la que numerosos esqueletos, se llevan a todo aquél que encuentra a su paso o “El triunfo de la Muerte”, de Brueghel, donde las ciudades arden, los mares se enfurecen y una vez más, los esqueletos deambulan a sus anchas por las ciudades. Estos cuadros, no son más que el reflejo de un temor que ha tenido el hombre desde el origen de los tiempos y que ha tenido la necesidad de representar.

Y por si fuera poco, y para ponernos en la piel de aquél que sufre la llegada de este día, el cine también se ha encargado de mostrarnos cómo sería este acontecimiento, a través de películas como “El Día de Mañana”, en la que la naturaleza destruye todo lo encuentra a su paso o “La Guerra de los Mundos”, basada en la popular novela de H.G Wells, que narra la historia de una invasión extraterrestre y la lucha de los humanos por evitarlo.

Pero no seamos pesimistas. La creencia maya simplemente se basa en que este día finaliza el “calendario maya de la cuenta larga”, uno de los calendarios mayas de 5125 años de duración. Varios autores actuales mantienen que esta fecha, sólo marca el inicio de una nueva era, de un cambio que afectará a la sociedad para siempre y que no necesariamente significa un cambio negativo. Es mejor pensar así. Es mejor pensar que este año, a lo mejor salimos de la crisis en la que llevamos más de cuatro. Es mejor pensar que el ser humano aprenderá de sus errores y no volverá a verse jamás en una igual.

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