La responsable de Patrimonio Histórico y Turismo está convencida de que el mejor turista es el que habla bien de la ciudad. Añade que, aunque se ha trabajado mucho en los últimos años, aún queda mucho por hacer en el ámbito turístico. En Patrimonio, considera que el ARI de San José es un proyecto necesario para conservar este barrio, que es testigo de una época.

 

La materia prima ya la tenemos, pero ¿qué se puede hacer para preservar y promocionar esa riqueza patrimonial? ¿Turismo y patrimonio tienen que ir necesariamente unidos?

El hecho de dirigir una concejalía que se basa en los pilares del turismo y el patrimonio me ha dado una visión más ajustada de ambos términos que son, a mi juicio, inseparables. Generalmente la palabra turismo tiene un matiz monetario, a veces peyorativo. Pero, yo diría que un turista es un ciudadano que se mueve de sitio; es decir, todos somos turistas porque todos vamos a otras ciudades. Todo lo que hagamos por favorecer el turismo, beneficia a los habitantes de la ciudad en primer lugar. Una ciudad que es buena para el turista, es buena para el ciudadano.

El turismo es una garantía para conservar el patrimonio artístico, con límites, claro. Es cuestión de dimensiones y de preservar el espíritu de edificios y ciudades. Es también una fuente de difusión cultural. ¿Que sería de esta ciudad sin turismo?

 

En el programa electoral figura la creación de un órgano de gestión de la Ciudad Vieja de Segovia y el Acueducto. ¿Será una de las prioridades de la legislatura?

Sí. En el momento en el que el Plan Especial de Áreas Históricas de Segovia (PEAHIS) esté operativo, abordaremos ese proyecto. Se encargará de coordinar la gestión de las distintas concejalías que tienen incidencia en el casco histórico para que haya un tratamiento uniforme en el recinto amurallado. Es necesaria una visión de conjunto, coordinada en todos los aspectos. La idea es que ese órgano de gestión esté listo para el año que viene.

 

A los grandes monumentos, de sobra conocidos, como el Acueducto, la Catedral o el Alcázar, se suma la Casa de la Moneda ¿cómo se va a gestionar? ¿Qué planes hay en ese sentido?

Llevamos todo el verano trabajando en ello, aunque aún quedan cabos por cerrar. Ya hay visitas guiadas los domingos a la Casa de la Moneda y, en otoño, se incrementará la actividad con más visitas o exposiciones temporales. Además, estará listo al 50% el proyecto museográfico en lo que se refiere a la muestra de maquinaria y tecnología; se podrán ver tres ruedas a pleno rendimiento, la fragua, el martinete, el torno y una recreación en tres dimensiones de los laminadores.

 

El problema de las filtraciones de agua en el Acueducto es una constante desde hace tiempo. ¿Qué se va a hacer para solucionarlo?

La eliminación del canal de plomo es imprescindible para solucionar el problema porque provoca que se remanse agua en algunas zonas, pero, además de retirar ese elemento, hay que trabajar para terminar con las filtraciones; es decir, es necesario impermeabilizar el monumento. Ya hay elaborados algunos estudios sobre cuál es el mortero idóneo para llevar a cabo ese trabajo de impermeabilización. Habría que acometerlo por fases. La intervención más inmediata sería la de la parte medieval, en la zona de la Plaza de Día Sanz, porque la calidad de la obra es allí peor que en la parte romana. En cualquier caso, el Acueducto de Segovia goza de un buen estado de salud general.

 

Los proyectos para recuperar determinadas zonas, conocidos como ARIS, ¿son la mejor opción para poner al día y revitalizar algunos barrios de la ciudad? ¿Cuáles serán los próximos que se beneficiarán de esta iniciativa?

Por supuesto. A la vista está el resultado en el barrio de Judería. Realmente es impresionante comprobar el antes y el después. Lo más importante es que se ha conseguido salvar de la ruina los edificios y ponerlos en valor.

Ahora se está trabajando en los ARIS de Canonjías y de San José. Éste último es un ejemplo fiel del urbanismo de una etapa del país, que no debemos olvidar. El barrio de San José nos traslada a los años 50-60 y es nuestra obligación conservar ese barrio obrero, testigo de una época. Y, además, la Junta de Castilla y León ya tiene la Memoria del ARI Acueducto que englobaría a El Salvador, San Justo y San Clemente. Segovia es la única ciudad española que está moviendo tres ARIS al mismo tiempo; de hecho, somos referencia en Castilla y León. El siguiente tendría que ser el de San Lorenzo.

 

¿Qué tipo de turismo se busca para Segovia?

Todo. Cada segmento turístico tiene su idiosincrasia. Todos los turistas son bienvenidos y queremos que se vayan encantados. Buscar sólo el turismo de alto nivel adquisitivo es un error, un camino equivocado. El turismo de mochila o bocadillo, sobre todo en jóvenes, es una inversión de futuro, porque se harán adultos y volverán. Por ejemplo, Obama visitó Barcelona cuando era mochilero y no se le ha olvidado de la Ciudad Condal. El mejor turismo es el que se lleva buenos recuerdos y habla bien de la ciudad.

Se potenciará el turismo familiar, religioso, deportivo, natural, se diseñarán rutas relacionadas con el cine, el turismo idiomático para los estudiantes que vienen aquí a aprender nuestro idioma; pero, si algo resulta curioso, es ese proyecto de turismo sólo para hombres, sólo para mujeres o, incluso, el turismo nupcial.

El turismo está cada vez más segmentado. Hay ofertas concretas para hombres o para mujeres y, en cuanto al turismo nupcial, algunas empresas ofertan ‘packs’ completos que incluyen desde el servicio de boda religiosa o civil, al restaurante, pasando por el viaje de novios o el alojamiento para los invitados.

 

A pesar de no haber conseguido convertirse en Capital Europea de la Cultura 2016 ¿Segovia se plantea participar en proyectos turísticos europeos?

El esfuerzo de Segovia 2016 ha servido para crear conciencia de lo que podemos conseguir y ‘lavarnos’ cierto complejo al que tienden las ciudades pequeñas. Ahora sabemos que nuestro futuro está en la cultura y que podemos competir con cualquier ciudad, al nivel de Roma, Florencia o Lisboa. Segovia participa en diez redes turísticas diferentes, tres de ellas europeas y se está cerrando su incorporación a otra más, la que aglutina a las ciudades en las que los títeres juegan un papel fundamental.

 

¿El recio carácter castellano es lo que le lleva a proponer la iniciativa “Segovia, la más amable”?

El carácter castellano es una virtud que puede tener aristas que hay que limar. Hace falta esta campaña, sobre todo, a nivel de recordatorio. No es sólo para los turistas; quienes más vamos a disfrutar de la sonrisa y amabilidad de los demás, somos los propios segovianos. A fin de cuentas el turista viene y se va, aunque estará encantado si recibe un buen trato, pero el primero que se beneficia de esa amabilidad es el que vive en ella.

 

¿Cómo le gustaría que fuera Segovia, desde un punto de vista turístico y patrimonial, al final de la legislatura?

Me encantaría que la ciudad hubiese cambiado para bien, que se hubiese consolidado el turismo y que los recursos patrimoniales estuviesen sanos y fuertes. Es un objetivo inalcanzable porque hay monumentos como la muralla, por ejemplo, que son un pozo sin fondo; a pesar de que se ha estado trabajando a fondo en ella, necesita continuas intervenciones. Somos una de las tres ciudades españolas que conserva todo el contorno de la muralla. La de Lugo es romana, la de Ávila es espectacular porque la ciudad está en una llanura y la de Segovia puede contar siglos de historia porque tiene huellas celtíberas, romanas, medievales, árabes, moriscas, del paso de diferentes civilizaciones.

Lo que está claro es que Segovia tiene una riqueza impresionante. Hemos acuñado dos lemas “más patrimonio es posible, incluso en Segovia” y “en los tiempos que corren, hay que gestionar los recursos con ingenio”.

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