El Teatro Juan Bravo de la Diputación ha comenzado con fuerza su vuelta a la programación y mañana viernes, 1 de octubre, a las 20:30 horas, volverá a completar su aforo disponible para recibir a Javier Gutiérrez, Mónica Regueiro, Daniel Pérez y Vicky Luengo; cuatro ‘Principantes’ dispuestos a preguntarse qué es el amor y cómo éste es capaz de cambiar, dependiendo de los ojos que lo miren.

 

El montaje, dirigido por Andrés Lima, es la adaptación de Juan Cavestany de la obra de Raymond Carver ‘De qué hablamos cuando hablamos de amor’, un texto que, con el paso del tiempo, ha experimentado recortes y vueltas a su origen.

 

De ahí, del origen, es de donde han partido Cavestany y Lima para diseccionar un amor representado, de primeras, desde dos puntos de vista: el de un matrimonio veterano y el de una joven pareja cuya relación no cuenta con muchos años de bagaje. A su vez, estos cuatro personajes presentan experiencias de amor muy diferenciadas y, mientras uno de ellos es un cardiólogo que no sabe nada de los asuntos del corazón, otra es una mujer enamorada de quien le rompió el corazón y algunos huesos. Los restantes en discordia son “un hombre todo ojos, envuelto en una coraza, y una mujer crisálida convirtiéndose en algo desconocido para ella”, según los define el director, quien considera que es “imposible no verse reflejado” en algún aspecto de la obra.

 

Y es que, en ‘Principiantes’ el amor a veces es romántico y otras veces es desgarrador, a veces es poético y otras tantas es realista y crudo, haciéndose patente a través de besos, discusiones, desmayos, abrazos, desesperación y preguntas. En ‘Principiantes’ los cuatro personajes tan pronto se escuchan, como se temen y se entristecen, llevando siempre sus diálogos por el camino del amor y haciendo uso del alcohol, un arma de doble filo en cuestiones del corazón. No en vano, entre las cuestiones que hacen especial esta versión producida por Vania Produccions está el hecho de que Cavestany y Lima han querido, además de recuperar la versión original recortada posteriormente por Gordon Lish, recurrir a pasajes y fragmentos de otros textos de Raymond Carver, logrando así una mejor escenificación del universo del autor americano, quien habitualmente encuentra en las relaciones de pareja, el amor y el alcohol refugios e infiernos a partes iguales.