El lobo sigue estando en peligro…

Ecologistas en Acción ha denunciado que, según un informe de la asociación Circinaria, Estudio y Conservación, 22 ejemplares de lobo ibérico murieron por atropello entre 2016 y mayo de 2019 en el Sistema Central, entre las provincias de Madrid y Segovia.

Estos atropellos se concentran en el norte de la Comunidad de Madrid, en la autovía A-1 y la carretera N-110, ambas de titularidad estatal, poniendo “en grave riesgo” la viabilidad de la especie en la zona.

Desde Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid recordaron que ya en febrero de este año, solicitaron al Ministerio de Fomento que tomase medidas de forma urgente sin que haya habido respuesta. En el último trimestre de 2018, la asociación Circinaria, Estudio y Conservación contactó con Ecologistas en Acción para colaborar en la conservación del lobo en la región y zonas aledañas, ante la pasividad de la Administración regional.

Según los datos del informe de Circinaria, en la última década, se establecieron cinco grupos de lobo ibérico en el Sistema Central, en el área atravesada por la autovía A-1 y la carretera N-110, en las provincias de Madrid y Segovia, con una población estimada de 25 ejemplares.

Desde 2016 a mayo de 2019, en la autovía A-1, constataron la muerte de diez lobos en un tramo de 22 kilómetros, entre el municipio de La Cabrera (Madrid) y Cerezo de Arriba (Segovia). Las causas principales fueron el mal estado del vallado perimetral de la infraestructura, que no impide el paso de los animales, la insuficiencia de pasos de fauna y el mal diseño de los existentes.

La carretera N-110, a su paso por la provincia de Segovia, entre Gallegos y Riaza, es otra zona caliente, donde hubo seis lobos muertos, a lo que hay que sumar otros dos atropellos unos kilómetros más al sur de la zona de estudio. Esta carretera carece de vallado perimetral y de pasos de fauna.

En total fueron 16 lobos atropellados en un periodo de apenas tres años y medio, de una población media de 25 ejemplares adultos y subadultos en el área de estudio. El elevado número de bajas en estas dos infraestructuras se debe a que fragmentan el hábitat del lobo, obligándole a atravesarlas frecuentemente para acceder a sus territorios de caza y campeo.

A esto hay que añadir otras seis bajas por atropello en otras vías, como las producidas en Manzanares el Real en 2016 (M-608); Guadalix de la Sierra (M-608) en 2018; San Lorenzo del Escorial (M-600) en 2018; Madarcos (M-137) en 2019 y fuera de la zona de estudio, en Torrecaballeros (N-110) en Segovia, dos atropellos en 2018. En total, 22 lobos muertos sin descartar que la cifra pueda ser ser superior porque en ocasiones los cuerpos de los lobos muertos en la carretera, desaparecen.

Especie protegida

Circinaria, Estudio y Conservación y Ecologistas en Acción recuerdan que el lobo en la zona de afección es una especie prioritaria con protección estricta, según la Directiva Hábitat de la Unión Europea y que con una media de seis atropellos mortales al año, concentradas principalmente en dos de los cinco grupos situados más al norte del Sistema Central, se pone “en grave riesgo” la viabilidad de los mismos.

Ecologistas en Acción denunció que la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid niega que los atropellos sean un problema relevante para el lobo. En cambio para la organización ecologista, el que desaparezcan ejemplares reproductores que tardan en ser reemplazados tiene una gran incidencia en la baja natalidad o la ausencia de reproducción, afectando negativamente a la viabilidad de los grupos colindantes y a la creación de otros, al no recibir nuevos ejemplares.

Ecologistas en Acción reclama que se realice una «pronta actuación» tras remitir, hace casi seis meses, el informe de Circinaria a la Dirección de Carreteras del Ministerio de Fomento.