Voluntarios de CaixaBank en Castilla y León acompañan a personas de la tercera edad durante la pandemia

Una decena de voluntarios de CaixaBank ha participado acciones de apoyo, acompañamiento y cuidado de gente mayor que han beneficiado a una quincena de personas. Coincidiendo con el Día Internacional de los Abuelos, la Asociación de Voluntarios de CaixaBank presenta un balance de la actuación en lo que llevamos de año.

A nivel nacional, más de 200 voluntarios han participado en un total de 110 actividades durante el año, atendiendo a más de 2.000 personas. A raíz de la pandemia de la COVID-19, el voluntariado se ha adaptado a las necesidades de acompañamiento telemáticas. Durante este año se han reforzado las llamadas telefónicas, las videoconferencias y el envío postal de comunicaciones escritas como cartas y dibujos.

Además, con el objetivo de reducir la brecha digital existente en este colectivo, CaixaBank ha puesto en marcha este año un programa de ‘Digitalización del Tercer Sector’. Junto con Deloitte, ya se han realizado varios talleres virtuales dirigidos a una veintena de beneficiarios, tratando temas como el uso de las herramientas de ofimática (Word, PowerPoint, Excel), redes sociales y plataformas de comunicación online (Zoom, Skype, WhatsApp), entre otros. En conjunto, se han contabilizado más de 3.500 participaciones y cerca de 4.000 horas de voluntariado dirigidas al colectivo de la tercera edad.

En estos momentos, gracias al avance de la vacunación, se han podido retomar algunas actividades presenciales, mejorando el desarrollo y el acompañamiento a mayores tanto en residencias u hospitales como en sus domicilios. Por ejemplo, se han impulsado talleres de cocina para personas con Alzhéimer en León.

Durante el verano, se seguirán atendiendo a mayores que se encuentran en situación vulnerable. Así, alrededor de 50 voluntarios participarán este verano redactando cartas, poemas o relatos para los abuelos; organizando talleres de cocina; impartiendo clases de herramientas de comunicación digital; celebrando sus cumpleaños en las residencias; haciendo seguimiento telefónico u organizando salidas y paseos al aire libre.

Por ejemplo, a través de la entidad Adopta un Abuelo, alrededor de 120 voluntarios participan durante el año, “apadrinando” a un beneficiario de la tercera edad, de modo que se establece una comunicación periódica y una relación de amistad y cercanía entre los participantes.