Mucho antes de que ciertos anuncios televisivos nos invitarán a desboradar esos ‘pueblitos buenos’ de España, en Losana de Pirón, una pequeña pedanía de no más de 80 habitantes, ya se estaba fraguando lo que ha día de hoy se ha convertido en el festival de publicidad más original del país. El calendario de los losaneros tiene ahora otra fecha en rojo en el calendario, la de la celebración del Cencerro Rural Ad Festival que este año ha acogido a cerca de doscientas personas en su tercera edición.

Con Losana de Pirón como escenario para una entrega de premios en la que la escenografía ya lo dice todo, el comienzo del festival que premia la creatividad en torno a productos agrícolas o artesanales da la bienvenida a cientos de ‘extranjeros’ que, vestidos como si de un festival playero se tratara, inundan por unas horas las calles de la pequeña localidad. La huella de la ciudad se nota en cada zapatilla marca vans, pero todos quieren sentirse por unos instantes como esos forasteros que tras haber pegado el estirón se presentan en el pueblo de los abuelos para dejarse querer por los vecinos de toda la vida.

Algo así debió de pensar Begoña Moreno, directora del festival, cuando decidió organizar esta fiesta en la que hablar de tractores, anuncios y vacas en la misma frase no sorprende a nadie. 


Con la marca de cervezas Estrella Galicia como patrocinadora del festival, este año la tercera edición ha contado además con la colaboración de Planasa,empresa hortofrutícola que con su producción de ajos ha inspirado decenas de carteles; con el Campus Universitario Europeo o con el festival Winter Indie City (WIC) que ofrececió, de la mano de Zarigüellas, una sesión de música en directo para clausurar el acto. Autoridades y ‘amigos todos’ han completado un cartel de ‘compadreo’, entre los que se pudo ver a Huercasa promocionando el festival de country más rural, consiguiendo que esta tercera edición siga siendo una realidad.

 

Premios que ‘engalanan’

A los visitantes del Cencerro Rural Ad Festival no hay nada que les guste más que un buen recibimiento como anticipo a la mejor creatividad rural. Nada más llegar a Losana de Pirón, una plaza mayor engalanada para la ocasión recibe al visitante, en su mayoría madrileño, a lo que será el punto de encuentro de las actividades del día. La tradicional dulzaina y tamboril se convierte entonces en la banda sonora de una comida en la que, como no podía ser de otra manera, la paella es el plato principal. Actividades como el ‘Tira Crush Soga’, o los encierros sostenibles, cabeza de toro de cartón-pluma en mano, entretienen los momentos previos a la entrega de premios. Porque sí, seguimos hablando de un festival de publicidad.

Un tractor con remolque a modo de lanzadera, se encarga de acercar hasta ‘Marranoeta’ a los asistentes. Comienza entonces una entrega de premios cuyo marco de celebración no es otro que una nave de cerdos en desuso cedido por el alcalde de la localidad. Una vez dentro, los anuncios presentados decoran una entrada que este año contaba con una ‘real’ alfombra roja de procedencia muy especial…

Agencias como ‘Territorio Creativo’, ‘Microbio Comunicación’ y ‘Sra. Rushmore’ consiguieron alzarse en esta tercera edición con los cencerros de oro, plata y bronce respectivamente que les han dejado como premio una arroba de patatas, un pack de comida ‘rural’ o el nuevo nombre de la próxima chotilla que nazca en el pueblo, y que será bautizada con el nombre de la agencia ganadora. Pero también los alumnos de la Europea de Madrid han tenido la ocasión de recoger sus premios. Así, Mario Aceval y Roberto Rachado consiguieron un cencerro de oro junto a Mateo Kira y Marina Gómez que fueron premiados con el de plata. Pablo Mendoza y Marta Muñoz fueron los galardonados con el cencerro de bronce por su propuesta creativa.

Y como buena fiesta que se precie, la música de zarigüellas daba paso al cierre de esta tercera edición que culminaba la jornada con la tradicional orquesta en la plaza mayor. Raúl y Sara, encargados de abastecer de bebidas a los presentes, agradecían  que, un año más, el pueblo se llenara de ‘locos’ por la publicidad, esperando junto a ellos una nueva edición del festival en la que poder enseñar que la tradición no está reñida con las novedades publicitarias más creativas.

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