La Corporación municipal junto al Alcalde de Segovia han recibido al que se ha consagrado como Mejor director novel en los Goya 2011. El segoviano David Pinillos ha ofrecido simbólicamente el galardón en una cita en la que no han faltado palabras de elogio para la obra cultural de Segovia y la reivindicación de la restauración de los cines en el centro de las ciudades.

David Pinillos ha querido estar con Segoviaudaz.es, tras la firma en el Libro de la ciudad, en una hoja que ilustraba la estatuilla de Goya, una cámara de filmar, y como no, una copa de vino en brindis, haciendo alusión a la pelicula, y la entrega por parte del Ayuntamiento de un libro sobre Segovia y la figura de una zamarriega.

 

-Tus comienzos como cineasta los viviste en Segovia, haciendo cortos con tus amigos y, sobre todo, viendo mucho cine. ¿Qué recuerdos tienes de aquellos momentos y cómo empezó la aventura de escribir y dirigir tu primera película?

Los primeros fueron momentos como espectador. Siempre he considerado que si fuese un árbol, las raices serían el espectador, lo primero que crece. Me acuerdo de cuando iba a visitar a Ignacio,  un amigo de mi padre que era proyeccionista en el Cervantes, y de ver muchas películas como ET, el Coloso en llamas, Quo Vadis, Tiburón…un montón de «pelis» de vaqueros, de karate horrosas, de estas que hacen que odie el género…(todo lo contrario que Tarantino)…y de ver mucho cine clásico porque como era un cine de reposición siempre había películas de otra época; y poco a poco ir viendo películas en la sala Miró, Zuloaga…es una pena que eso se haya perdido, ójala que los cines vuelvan al centro de la ciudad.

Y sobre todo lo recuerdo como una conexión muy sentimental. Mi padre me llevaba mucho al cine, y hablábamos mucho al respecto,  a él le gustaba mucho…ese fue el nacimiento de mi gusto por el cine que se conecta a la vez con esa aventura loca de crear cortos con mis amigos, planificar proyectos imposibles, que luego se convierten en 6 cortos, y que hablaban un poco de cosas que nos parecían interesantes. Tuve la suerte de juntarme con 2 o 3 locos, que cómo yo, queríamos hacer cine, teatro, escribir…fue una suerte poder trabajar con ellos. Desde luego, sin mi memoria sentimental hacia Segovia, Bon Appétit no hubiera existido.

 

-¿Qué sentiste cuando pronunciaron tu nombre en la gala de los Goya?

Lo primero que sentí fue un “pufff” que en realidad no se muy bien qué significa, supongo que un parón, un «qué bien, qué sorpresa», porque la verdad es que no me lo esperaba.Y en ese momento comienzan a surgir un montón de emociones: te empiezas a acordar de toda la gente que ha hecho contigo la película, de un montón de momentos vividos, de momentos complicados.

En resumen, una mezcla de sentimientos cuando vas andando por el pasillo, y mucho respeto por todo el mundo que hizo conmigo la película, porque soy yo el medio, pero toda esta gente ha estado conmigo.

 

-¿Cómo fue el proceso de casting? ¿Qué te hizo decantarte por Unax Ugalde y Nora Tschirner?

De Unax Ugalde me encantan sus películas y me encanta como actor; desde “Baílame el agua” hasta la última película. Contar con él me daba muchísima seguridad. Tuve la suerte de que vio mi corto y le interesó la película.

Con Nora, tuve una de estas casualidades de la vida. Hace mucho tiempo había visto “Kebab connection” y me encantó. Cuando me dijeron que había que pensar en una actriz me vino muy pronto a la mente. Y ella que acababa de hacer una película muy taquillera, parecía que nos iba a decir que no, pero al contrario, le gustó y fue un gran impulso a la película. Es una «pedazo de actriz».

Bon appetit, que es una historia de personajes, necesitaba buenos actores y los encontré en ellos.

 

-En la película se hablan varios idiomas, que además generan situaciones cómicas. ¿Fue una dificultad a la hora de rodar?

No supuso un gran problema, porque los idiomas fundamentales del rodaje fueron inglés y castellano, y alguna secuencia en alemán. Nosotros, durante las dos semanas de ensayo, adaptamos el inglés con un “coach (entrenador)”, al idioma y a los acentos de los actores, buscamos determinadas situaciones y vaíamos si se podían ajustar al diálogo. En definitiva un gran trabajo de preparación y escucha. Preparar bien la película y escuchar luego lo que ocurre en el momento que vas a rodarla.


-La película ya se estrenó con buen pie porque recibiste el premio del Jurado en Málaga, donde también fue premiado Unax ugalde y mención especial para Nora. Supuso el festival un empujón para la peli?

Para mi fue un empujón enorme. Ibamos sin distribuidora y conseguimos, además de una distribuidora, seis premios, y que una película que nadie conocía, se convirtiera en una película de la que todo el mundo hablaba. Para mi fue un momento muy importante porque creo que fue el «empujonazo» que necesitaba la película. Si alguien tenía alguna duda, fue completamente despejada.

 

-¿Echaste en falta alguna nominación más en los Goya?

Sin ninguna duda la de Unax Ugalde. Creo que el trabajo de Nora también debía de haber sido reconocido, pero sobretodo eché de menos la de Unax. De hecho ahora está nominado como mejor actor por la Unión de Actores, y eso de alguna manera me congratula mucho más porque son los propios actores los que se nominan. Para mi que uno de mis tres protagonistas esté nominado es increible.


-Hacer cine hoy en día no es fácil. ¿Qué dificultades encontraste en el camino como director primerizo? (económicas, logísticas, dudas, etc)

Cuando eres un director novel siempre es complicado porque necesitas una persona que apueste por ti, pero encontré en Pedro Uriol un productor con el que ya había trabajado muchas veces como montador. Él estaba interesado en producirme algo que yo quisiese. Nos pusimos a trabajar primero en un corto y más adelante en el guión de la película. Fue increíble el hecho de que él me diera esa oportunidad.

Pero al ser una película tan internacional , algo que parece que va a ayudar a veces, lo hizo más dificultoso. De hecho me acuedo del momento en el que “celebramos” la defunción de Bon Appetit. Nos tomamos una caña y firmamos un contrato y se disolvió. Pero una semana después llamó la representante de Nora desde Alemania, lo que hizo que nos pegase un empujón muy grande porque al entrar Nora, una televisión alemana, respaldó el proyecto. Eso fue como lo que sacó adelante la película. Dificultades hubo y muchas, de hecho tardamos desde que comenzamos con la idea, hasta ahora, cuatro años.

 

-Estuviste nominado como montador por tu trabajo en Gordos, pero el reconocimiento te ha llegado como director. ¿Con cuál de las dos disfrutamas más o cuál prefieres?

Yo quiero seguir por los dos caminos. Es como ser guitarrista, tocar con tu banda, y luego tocar en grupos de otros. A mi me parece que cada vez tiene que ser más así, desarrollando mis proyectos como director, y luego seguir colaborando con otra gente.


-Actualmente está en las carteleras la película Primos (en la que has participado como montador) ¿Cómo fue el trabajo con Sánchez Arévalo?

Trabajar con Daniel es todo un lujazo. Es como que te invite a una fiesta alguien que es muy divertido y con el que sabes que te lo vas a pasar bien. Trabajar con él ha sido otro aprendizaje más. Dani es una persona que entiende muy bien al público y su trabajo así lo demuestra: la conexión que tiene con el público. Yo no paro de aprender con él, es una persona muy generosa y conmigo más generosa aún porque es muy amigo. Además su último trabajo es una película muy fresca, divertida y que ahora mismo el público tiene ganas de ver.

 

-Habrá más películas después de Bon Appétit? ¿Tienes ya alguna idea para próximos proyectos?

Estoy con varias ideas, pero hay una en concreto que es la “ganadora”, la que se está desarrollando con más fuerza. Es una historia de personajes, de sentimientos. Es un viaje que emprenden unas personas hacia ellos mismos y hacia otros. Estoy interesado en la diversidad de edad, de las relaciones entre ellos, familiares, amor, cosas que no se han dicho y se van desvelando; en las cosas que se han olvidado pero que se recuerdan. Es una “road movie” de sentimientos.

 

-La de este año fue una gala polémica sin duda alguna. ¿Qué opinión te merece la Ley Sinde?

Entre Goyas, estrenos y demás tampoco te creas que tengo suficiente conocimiento de la Ley de Economía Sostenible como para opinar de ella deliberadamente. Creo que se necesita que aquellas personas que tienen capacidad de decisión se sienten de manera seria para pensar hacia dónde quiere ir este negocio. Productores, empresarios, distribuidores, exhibidores, y por supuesto también los autores. Que todos ellos discutan. Creo que lo peor de todo es la sensación que hay de pelea que creo que no lleva a ningún lado.

 

-Estos días se rumorea que el próximo director de la Academia podría ser Bigas Luna. ¿Qué te parece? ¿Te decantas por alguien en especial?

Creo que es un tio muy serio y que conoce en profundidad como funciona la industria cinematográfica española. Yo creo que eso es muy bueno y me parece que es un candidato que puede aportar cosas muy buenas a la Academia.

En general, me encantaría que fuera una persona cercana al público, para acabar de hacer esa cosa tan buena que empezó a hacer Álex de la Iglesia, en la primera parte de su mandato: acercar la Academia de Cine Español a la gente. Yo quiero que el candidato sea una persona que hace eso. Si Bigas Luna lo hace, por mi, perfecto.

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