En el curso actual ya son 27 centros los que trabajan con el modelo de prácticas restaurativas, entre ellos el instituto ‘Giner de los Ríos’ de Segovia, y la previsión es que en el próximo periodo lectivo sean al menos 54 centros de la Comunidad los que desarrollen estas iniciativas. Las prácticas restaurativas integran un conjunto de herramientas que permiten prevenir, detectar y resolver las situaciones de conflicto para mejorar la convivencia y reforzar los vínculos afectivos entre las personas afectadas por estas situaciones. Este modelo propone e impulsa, más allá de la vía sancionadora, la reparación y la asunción de responsabilidad, no solo en relación con los hechos sino, muy especialmente, con respecto a la búsqueda de soluciones.

En el marco del plan antiacoso y por el buen trato, entre las actuaciones del denominado programa PAR, en el curso escolar 2017-2018 se inició el modelo de prácticas restaurativas en nueve centros docentes de Castilla y León y, este curso 2018-2019, ha continuado su implementación con la incorporación de dos nuevos centros por provincia, 18 en total, con lo que son ya 27 los centros de Castilla y León que desarrollan proyectos en este ámbito, y está previsto llegar a 54 el próximo curso.

La Escuela Oficial de Idiomas (EOI) de Valladolid acogió el pasado viernes la ‘Jornada de Buenas Prácticas de Convivencia Escolar’ donde se mostraron las iniciativas que se desarrollan en los centros de Castilla y León, con especial atención, por una parte, a los proyectos de prácticas restaurativas y, por otra, dando protagonismo al alumnado, a los proyectos de centros que han sido reconocidos con premios a la buenas prácticas de convivencia entre el alumnado, con especial atención a la mediación y ayuda entre iguales, la lucha contra el acoso y por el buen trato, las actuaciones por la igualdad y contra la violencia de género.

El ejemplo de los institutos ‘Giner de los Ríos’ y ‘María Moliner’ de Segovia

En la convocatoria participaron varios centros que están desarrollando proyectos y experiencias con el modelo de prácticas restaurativas tales como el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) ‘María de Córdoba’ de Las Navas del Marqués, en Ávila; el IES ‘Hipólito Ruiz López’ de Belorado, en Burgos; el IES ‘Antonio García Bellido’ de León; el Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) ‘Tierra de Saldaña’ de Saldaña, en Palencia; el CEIP ‘Isabel Reina de Castilla’ de Carbajosa de la Sagrada, en Salamanca; el IES ‘Francisco Giner de los Ríos’ de Segovia; el IES ‘Gaya Nuño’ de Almazán, en Soria; el IES ‘Pío del Río Hortega’ de Portillo, en Valladolid; y el IES ‘Río Duero’ de Zamora.

Finalmente, también se presentaron ante más de 200 participantes, proyectos dirigidos a mejorar la convivencia entre el alumnado con especial atención a la lucha contra el acoso y el refuerzo del buen trato por parte de colegios e institutos que han sido reconocidos en alguna de las ediciones de los Premios a la Convivencia entre el Alumnado, como el IES ‘Vasco de la Zarza’ de Ávila; el IES ‘Diego Marín Aguilera’ de Burgos; el IES ‘Ramiro II’ de La Robla en León; el Colegio ‘Marista Castilla’ de Palencia; el CEIP ‘Villar y Macías’ de Salamanca; el IES ‘María Moliner’ de Segovia; el CEIP ‘Gerardo Diego’ de Golmayo, en Soria, el CEIP ‘Francisco Pino’ de Valladolid; y el IES ‘Fuentesaúco’ de Fuentesaúco, en Zamora.

Prácticas restaurativas

El punto de partida de las prácticas restaurativas es que el alumnado será más feliz, más cooperativo y así su rendimiento académico será mayor y tendrán más probabilidades de hacer cambios positivos en su comportamiento cuando aquellos que están en posiciones de autoridad hacen las cosas con ellos, en lugar de a o para ellos. El planteamiento, por tanto, va más allá del simple enfoque intervencionista para integrar los principios y valores restaurativos en los centros, se trata de desarrollar un nuevo modelo relacional que implica un cambio de paradigma en el modelo de convivencia escolar.

De esta forma, se busca mejorar la comprensión entre las partes, reparar y restablecer las relaciones, concediendo a las víctimas y al grupo un papel clave en la resolución del conflicto y centrándose en mejorar la situación y en los objetivos de futuro, más que en buscar culpables y culpabilidades en el pasado. Así, se supera el modelo punitivo mediante un nuevo modelo de gestión de los conflictos que implica un cambio más amplio ya que afecta a la mejora de otros procesos ya en funcionamiento, como los de mediación o acuerdo reeducativo, y que, en definitiva, pueden suponer un importante cambio de enfoque en materia de convivencia. En este sentido, las prácticas restaurativas suponen un cambio de mentalidad, convirtiéndose en una propuesta que se suma a todas las actuaciones que en materia de convivencia escolar se vienen llevando a cabo en Castilla y León