Viajeros al tren. Un año más, la temporada de Trenes Turísticos de Renfe presenta a Castilla y León como destino ‘estrella’ dentro de una oferta renovada, flexible y al alcance de casi todos los bolsillos con el objetivo de plantar cara a la crisis en un año que presenta mejores perspectivas. El jefe de Desarrollo de Negocio de estos productos, José Antonio Rodríguez (León, 1961), avanza en una entrevista a Ical las nuevas propuestas de viajes, con recorridos de ocho días en el veterano Transcantábrico, que podrán concentrarse en cuatro, expediciones por la Ribera del Duero y el Camino de Santiago a bordo del ‘Al Andalus’ y fines de semana por el norte con ‘El Expreso de La Robla’.

 

¿Qué sentirá un pasajero que decida realizar un viaje en un tren turístico?

El viaje es muy peculiar porque se realiza en trenes restaurados de los años 20, que mantienen el glamour de aquella época, lo que traslada sosiego y tranquilidad. No son viajes en los que se busca la rapidez, sino que el pasajero disfrute del paisaje, la gastronomía y de lugares emblemáticos. Además, se ofrece un trato muy exquisito, pero familiar y cercano. Los viajeros disfrutan mucho y como este producto se vende boca oreja, año a año estamos consiguiendo uno índices de ocupación muy buenos.

 

El turismo ha sido uno de los sectores palanca de la economía española. ¿Cómo se presenta la nueva temporada de viajes que comienza en marzo?

Es un producto de precio elevado, que se vende fuera, y que por tanto se contrata con mucha antelación. En nuestra oferta, la reserva de última hora es escasa, salvo cuando lanzamos un precio muy competitivo. Este año presenta unas mejores perspectivas que 2013. Actualmente, el índice de reservas supera el 60 por ciento y todavía faltan semanas para iniciar la temporada y muchos meses para terminarla. Nos ayuda que el 80 por ciento de nuestros clientes son extranjeros.

 

¿Qué índices de ocupación están logrando sus trenes? ¿Notan el efecto de la crisis?

Al Gran Lujo no le ha afectado la crisis, pero sí a ‘El Expreso de la Robla’ y a ‘El Transcantábrico Clásico’. De hecho, el ‘Al Andalus logró el primer año una ocupación del 64 por ciento y el pasado año, del 83. Para este año, el tercero, esperamos rondar el 90 por ciento. ‘El Transcantábrico Gran Lujo’ mantiene la plena ocupación, con un índice del 94 por ciento, mientras el Clásico está en el 87 por ciento. Todavía no hemos conseguido recuperar la clientela perdida, pero el pasado año iniciamos la oferta ‘Mini’ con cinco o dos noches a bordo, con el objetivo de completar plazas. Aunque la mayoría de las reservas son para el recorrido completo, hay un porcentaje importante para el viaje reducido.

 

El Expreso de La Robla cumple cuatro años. ¿Qué acogida está teniendo entre el público?

‘El Expreso de La Robla’ funcionó muy bien en 2010 y 2011. La crisis le afectó de una manera significativa a partir del tercer año. Por ello, comenzamos a buscar al cliente internacional cercano y conseguimos un 79,5 por ciento de ocupación en 2013. El año anterior descubrimos que tenía demanda para viajes chárter en grupo. De hecho se ha alquilado para impartir un máster de la Unión Europea sobre intermodalidad del ferrocarril y los puertos marítimos. Este año tendrá dos itinerarios, uno de cuatro días (Bilbao-León-Bilbao) y otro de fin de semana, Bilbao-Unquera-Bilbao (dos días, una noche).

 

¿Qué nivel de satisfacción consiguen sus productos, teniendo en cuenta que tienen un precio elevado?

Nuestro fuerte es la calidad. Si no fuera así en uno o dos años se dejarían de realizar reservas. Intentamos que el viajero se sienta especial, y lo hemos conseguido ya que tenemos un índice de satisfacción del 98 por ciento. Nuestros clientes se alojan en hoteles de cinco estrellas y puede llegar a gastarse 12.000 euros en el caso de una pareja. Por ello, le ofrecemos una alta gastronomía, con paradas en restaurantes con estrellas Michelín o de renombre. Las visitas también son diferentes ya que no se comparten con otros turistas. Además, nuestro personal se mantiene año a año ya que le exigimos una larga formación, que incluye el dominio de idiomas, de la que nos encargamos nosotros mismos.

 

¿Cuál es el perfil de sus clientes?

Cada tren tiene su ‘target’. ‘El Expreso de La Robla’, por ejemplo, está dirigido a un cliente extranjero, pero cercano a España, con un nivel adquisitivo medio. Lo eligen muchos franceses, italianos y suizos, sobre todo. También tenemos viajeros catalanes y vascos. Sin embargo, ‘El Transcantábrico’ o el ‘Al Andalus’, que son de alto poder adquisitivo, tienen como principales mercados Estados Unidos, Australia y Alemania. También, destaca el tirón de Sudamérica, especialmente, de México y Puerto Rico. Además, hace dos años entramos en el mercado chino.

 

¿No reciben turistas árabes?

Son mercados muy especiales. El problema es el idioma y el nivel cultural. Tienen mucho dinero, pero están empezando a salir de sus países, y a veces no entienden el arte religioso. Además, como a los rusos, no les gusta viajar en grupo, frente a los japoneses que reservan de golpe 25 habitaciones. Recibimos algún cliente de Dubai, pero puntualmente.

 

¿Cuántos viajeros traen a Castilla y León estos trenes? ¿La Comunidad es un destino ‘estrella’?

Nosotros movemos en Castilla y León unos 9.600 viajeros: 2.500 con ‘El Transcantábrico’, 2.300 con ‘El Expreso de La Robla’, 4.500 con los trenes del Norte y 300 con el ‘Al Andalus’. En todo el país, nuestros viajeros oscilan entre los 17.000 y los 18.000 al año. Hemos detectado que el cliente de ‘El Transcantábrico’ prefiere iniciar el viaje en León a pesar de los problemas de conexiones, y terminarlo en Santiago de Compostela.

 

¿Qué impacto está teniendo en el medio rural sus expediciones?

Nosotros pasamos ocho días por el norte y en las capitales de provincia celebramos solo una comida o una cena. Recuerdo que cuando empezó ‘El Transcantábrico’ en 1983 generó una gran dinamización económica. Donde no había bares al año siguiente abrieron uno, para dar servicio a los viajeros y a la tripulación. Al final, damos vida a los pueblos y repartimos divisas. Nosotros buscamos siempre el mejor restaurante del entorno. A lo mejor no encontramos ninguna estrella Michelín, pero sí un gran asador con encanto. Lo que no podemos llevar al cliente es a la tasca del pueblo porque nos demanda mucha calidad.

 

¿La oferta ‘low cost’ es incompatible con la esencia de los trenes turísticos?

Tenemos ya una serie de trenes ‘low cost’ y otros, los de lujo, que nunca lo van a ser. ‘El Expreso de La Robla’ es un tren barato para los servicios que presta ya que el billete ronda los 700 euros. También contamos con trenes para realizar excursiones de un día por unos 60 euros. En Galicia acabamos de cerrar una programación de trenes temáticos, que recorrerán los faros, las rías de Lugo o las zonas vitivinícolas. El paquete incluye la comida, los desplazamientos en el tren y autocar y los servicios de un guía. Para ofrecer estos precios contamos con el apoyo de la Xunta.

 

¿Habrá trenes temáticos de este tipo en Castilla y León?

Por el momento tenemos el tren de la Montaña Leonesa, aunque este año todavía no tenemos cerrada la temporada. Este producto, que se presta con coches históricos, recorre las hoces de Vegacervera, las Cuevas de Valporquero, la zona de Sabero y Cistierna. Nació con el apoyo de la Junta, después se sumaron los ayuntamientos de León y Cistierna, y ahora, ya es capaz de mantenerse por sí mismo, aunque no a precios de 35 euros, sino de 59. Se podían haber desarrollado muchos más trenes en más itinerarios, pero con la crisis los ayuntamientos y la Comunidad Autónoma dejaron de subvencionar este tipo de productos.

 

¿Castilla y León podría contar una amplia red de trenes turísticos?

Castilla y León tiene potencial y demanda para poner en marcha grandes trenes turísticos. Sin duda se podrían hacer más rutas uniendo el atractivo de todas las provincias. Tres de sus ciudades son Patrimonio de la Humanidad, cuenta con los yacimientos de Atapuerca (Burgos), con importantes templos románicos y paisajes tan espectaculares como la comarca leonesa de El Bierzo o la zona de los Arribes del Duero, por donde pasaba una línea que ahora está abandonada y que la Junta se planteó rehabilitar para poner en marcha un tren turístico.

 

Este año será el segundo en el que el ‘Al Andalus’ se adentre en Castilla y León.

Todo lo relacionado con la enología y la cultura del vino tiene mucho tirón. Por ello este año hemos lanzado el recorrido Zaragoza-Burgos-Valladolid-León y viceversa. En Castilla y León los viajeros conocerán una bodega tradicional de la Denominación de Origen Ribera del Duero en Valladolid, así como las medievales de Aranda de Duero (Burgos). Por primera vez este tren, que circula habitualmente por Andalucía, entra en Valladolid. De hecho estará aparcado en la estación de Campo Grande un día entero. Además, se ofrecerá también el itinerario León-La Coruña siguiendo el Camino de Santiago.

 

¿La oferta ‘Train Breakfast’ -hotel sobre ruedas- está ya lista para salir al mercado?

El primer viaje será el 28 febrero con motivo de un congreso ornitológico. Partirá de Barcelona, parará en Madrid a recoger viajeros, y se dirigirá a Monfragüe (Cáceres). Después iniciará el recorrido del Camino de Santiago y es posible que hagamos otros coincidiendo con los Sanfermines en Pamplona o Las Fallas de Valencia. La ruta jacobea se presenta como un peregrinaje en el que el viajero hace las etapas y el tren se convierte en albergue. Ofrecerá servicios de desayuno, comida y cena a bordo y una furgoneta le acompañará en las etapas. En principio, será un paquete de seis días, cinco noches, con un precio de 500 euros por persona.

 

¿El proyecto del Ponfeblino o ‘Expreso del Sil’ está descartado? Feve preveía una inversión de 2,7 millones en 2011.

Era verdaderamente un proyecto político y una demanda de los alcaldes. A Feve se le preguntó cuánto costaba ponerlo en marcha y cómo lanzar el producto. La compañía hizo en su día un estudio, lo entregó y se acabó. En aquella etapa la crisis comenzaba a azotar y como suele decirse ya no estaba el horno para bollos.

 

¿Con que flota de trenes cuenta la división de Trenes Turísticos? Este negocio, ¿qué facturación ofrece a la operadora?

Nuestra flota está compuesta por once trenes. Disponemos de uno para el ‘Al Andalus’, dos para ‘El Transcantábrico’, uno para ‘El Expreso de La Robla’, tres para los del Norte, otros tantos para las rutas temáticas de Galicia y un Talgo para el nuevo ‘Train and Breakfast’. Nuestros ingresos brutos rondan los nueve millones, de los que dos son para las comisiones de la agencias de viajes y seis para los gastos de mover los trenes. Además, somos una forma de llevar por el mundo la marca España.

 

Finalmente, ¿tienen encargos de fuera de España para desarrollar trenes turísticos?

Somos un referente a nivel mundial en trenes turísticos. En Ecuador pusimos en marcha dos de lujo que recorren la costa, los Andes y los volcanes. También hemos trabajado con Perú para desarrollar los trenes que suben al Machu Picchu y con Argentina, Chile y Bolivia para diseñar productos que recorran su altiplanicie. Ahora estamos negociando con México y Ecuador la segunda fase de su programa de trenes. Para ello hemos creado la marca ‘Trenes by Renfe’.

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