Todas las manos han sido pocas y él lo ha tenido claro desde el primer momento: Tocaba sumar. Así lo explica desde la humildad, con palabras cargadas de sentido común y con gran responsabilidad, una tónica que le acompaña durante toda la entrevista. Habla para Segoviudaz.es desde la naturalidad de alguien que no sólo conoce desde dentro, desde las UCIS, lo que hemos vivido, también desde el criterio humano de intentar dar sentido a la situación. Javier Martín Moreiras, segoviano, ejerce en el Hospital Universitario de Salamanca. Su especialidad es Cardiología pero estas semanas, también apoya a sus compañeros de la UCI. Se postuló para trasladarse al Hospital General de Segovia aunque, finalmente, no fueron necesarios sus servicios. Aislado durante muchos días aún siendo negativo, para proteger a los suyos, reconoce que no era momento de mirar el reloj, su mirada está en los pacientes, en la sociedad y en sostener el sistema sanitario. Crítico con algunas decisiones, este facultativo ha utilizado las redes sociales para trasladar a la sociedad lo que realmente vivíamos, fuera de lenguajes políticos.

Ser médico no es fácil en estos momentos. El contagio masivo les ha llevado a tomar decisiones muy duras y también cuestionadas. La realidad es que no había recursos para todos y la polémica si había instrucciones desde arriba para atender a los pacientes. ¿Cómo han vivido esta situación?

Hay que diferenciar entre la atención sanitaria y las ‘órdenes’ que se sugiere que se están dando, y no son reales. En todas las unidades de cuidados intensivos hemos de ser muy estrictos a la hora de admitir a pacientes y esto es así, se denomina el Coste de Oportunidad, es decir, cuando tienes para intubar a 20 personas e intubas el primer día a 18 te quedas sin recursos. Pero eres consciente de que necesitas muchos más recursos. Por eso, tenemos que ser estrictos, hay que seleccionar a los pacientes que realmente se pueden beneficiar. De lo contrario, nos vemos en la tesitura de que llegue una persona que sí puede responder a la terapia y no puedas ofrecérsela. Es difícil ética y médicamente pero es nuestro trabajo. Los medios son limitados, muchas cosas de la gestión se podrían haber mejorado, hubiera pasado igual con cualquier gobierno ahora, pero las deficiencias del sistema sanitario vienen derivadas de tiempo, no se está invirtiendo en él, y ahora cuando vienen mal dadas nos damos cuenta de que invertir en sanidad es rentable

Un sistema sanitario que ha dejado ver sus muchas carencias, y sus valores.

Nuestro sistema sanitario es bueno pero funciona, principalmente, por el esfuerzo de los profesionales que trabajan en él. Todo el personal, del primero al último, de médicos a celadores, es imprescindible. Y es un personal, el de España, que cobra mucho menos que en otros países de la Unión Europea y Estados Unidos. El sistema funciona gracias al esfuerzo mantenido y constante de los profesionales. Lo que ocurre es que no somos un colectivo combativo ni estamos organizamos con sindicatos fuertes. Además, está mal visto que pidamos que nos suban el sueldo pero tenemos mucha responsabilidad y es una responsabilidad que está muy mal pagada.

Desde fuera se percibía el colapso de los Hospitales…

Ha sido muy complicado, sí, al principio fue una avalancha y se ocuparon todas las camas. Aquí, en el Hospital Universitario de Salamanca todas las plantas eran prácticamente COVID salvo hematología y cardiología, ocupadas por el resto de las patologías. Se reestructuró la urgencias, circuitos con COVID y no COVID19 diferenciados. Ahora sí vamos mejorando poco a poco, la urgencia está más calmada y ya tenemos camas libres. La actividad que teníamos previamente ha disminuido, es decir, están sufriendo esas enfermedades en su casa. Y esa avalancha tendrá que llegar también.

España está en casa, las calles ya no tienen niños y eso nos ha ayudado a parar un contagio que, aún así, ha sido masivo. ¿Era necesario el aislamiento?

Era necesario, sí. A nivel sanitario era imprescindible para contener la epidemia. Cuanto más precoz mejor, porque más rápido se podrá volver a la normalidad.

¿Y qué pasará en la desescalada?

Una vez contenida la oleada es también muy importante este proceso, cauteloso, para volver a la máxima normalidad posible con un contagio mucho más controlado y no masivo, como sería sin aislamiento previo.

Segoviano de nacimiento y de corazón, ¿cómo se vive desde la distancia la situación del Hospital de Segovia?

Con preocupación, mucha. El Hospital de Segovia está dimensionado para 50.000 personas y no tiene capacidad para absorber un pico tan importante, y con un índice de contagios tan alto. Nos pidieron ayudas pero, posteriormente, ya no fue necesario y al final no me desplacé hasta mi ciudad. Ha sido muy duro.