Dos feriantes de Salamanca, padre e hijo, se enfrentan a ocho años de prisión cada uno por reventar un ojo a puñetazos a otro feriante de la misma provincia durante las fiestas de Segovia de 2012. El agredido perdió por completo la visión del ojo izquierdo y se le declaró la incapacidad permanente total para su profesión habitual.

La Audiencia Provincial de Segovia acoge este martes el juicio a E.L.B. y R.L.B., de 56 y 24 años de edad y sin antecedentes penales, por sendos delitos de lesiones especialmente graves a J.M.M.G., de 55 años, para quien el Ministerio Fiscal reclama unos 50.000 euros de indemnización. Asimismo, según informa Ical, propone mantener diez años más las órdenes de alejamiento vigentes de 1.000 metros del domicilio y del lugar de trabajo de la víctima, así como de prohibición de comunicación.

Tal y como recoge el fiscal en su escrito de conclusiones provisionales, facilitado a la agencia Ical, los hechos tuvieron lugar sobre las 22.00 horas del 27 de junio de 2012 en el recinto ferial de Segovia, coincidiendo con las fiestas de San Juan y San Pedro de esta localidad. España y Portugal jugaban las semifinales de la Eurocopa de fútbol y el agredido estaba viendo el partido precisamente en el mesón de los acusados, propiedad del padre.

Durante el descanso, sobre las 22.00 horas, el Ministerio Fiscal relata que llegaron “muy alterados” varios miembros de la familia L.B., entre ellos los dos presuntos agresores. Y aunque no precisa en su escrito el motivo del alboroto, apunta que J.M.M.G. salió del mesón “para intentar mediar” y recibió dos puñetazos en el rostro por parte del mayor de los acusados.

El agredido intentó entonces “quitárselo de encima”, según el fiscal, momento en que el más joven, “jaleado por su padre y con la misma intención que éste, se abalanzó” sobre él y “le propinó varios puñetazos en el ojo izquierdo”. J.M.M.G. quedó aturdido y tuvo que ser asistido por un camarero del mesón, mientras los dos agresores se marchaban.

La Fiscalía no entra en más detalles sobre lo ocurrido, pero durante el juicio están llamados a declarar de nuevo los acusados y su víctima, aparte de cuatro personas más, de las localidades salmantinas de Calzada de Valdunciel y Santa Marta de Tormes, en calidad de testigos. Además, el Cuerpo Nacional de Policía informó en su día, tras las detenciones practicadas en Segovia y Salamanca a raíz de la denuncia que interpuso el agredido el 28 de junio de 2012, que el enfrentamiento se habría originado por diferencias sobre la instalación de un puesto en la feria de Piedrahita (Ávila).

J.M.M.G., “a consecuencia de la agresión”, sufrió una “contusión ocular con estallido del ojo izquierdo” y la “pérdida completa de la visión” a través de éste. Pasó 13 días hospitalizado, primero en Segovia y después ya en su ciudad de residencia, Salamanca, y otros 106 “impedido para sus ocupaciones habituales” hasta que recibió el alta médica. Sin embargo, pocos meses después, el 4 de abril de 2013, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) de Salamanca declaraba su incapacidad permanente total para su profesión habitual.

A la semana siguiente del altercado, los juzgados de Instrucción 4 y 1 de Segovia y Salamanca ya habían dictado sendos autos que prohibían a E.L.B. y R.L.B. comunicarse por cualquier medio y acercarse a la víctima a menos de 1.000 metros, órdenes de protección que ahora el fiscal reclama que se prolonguen 10 años más.
Y aparte de las citadas penas de ocho años de prisión para cada uno, propone que ambos acusados abonen “conjunta y solidariamente” a J.M.M.G. una indemnización de 7.104,63 euros por las lesiones y 34.327,21 por las secuelas, “cantidades que se verán incrementadas en un 20 por ciento vista la incapacidad total declarada de la víctima, con aplicación del interés legal”, concluye la Fiscalía.