Detenido un conductor irlandés por circular a 285 kilómetros por hora por la AP-6 en El Espinar (Segovia)

Eran las 12.15 horas del pasado 9 de junio cuando el helicóptero Pegasus de la DGT detectó un turismo de alta gama (matrícula de Gran Bretaña) circulando a 285 km/h a la altura del kilómetro 60 de la AP-6 (El Espinar, Segovia), donde la limitación genérica es de 120 km/hora.

Se procedió entonces a la detención de un súbdito irlandés por parte de una patrulla de tráfico, una vez se le dio el alto a la altura del kilómetro 130, sentido decreciente, de la carretera AP-6, ya en término municipal de Arévalo (Ávila), y al que se le instruyeron diligencias como presunto autor de un supuesto delito contra la seguridad vial, consistente en conducir un vehículo superando los límites de velocidad.

Siniestros viales

En el tramo de vía en la que se detectó la infracción y, en concreto en el corredor comprendido entre las carreteras AP-6 y la N-VI, en el transcurso de este año ha habido veintiocho siniestros viales con un resultado de dos fallecidos y once heridos graves. De la instrucción de las diligencias y realización de las gestiones para esclarecer los hechos indicados, se hizo cargo el Equipo de Atestados del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Segovia, las cuales han sido remitidas al Juzgado de Guardia.

No superar los límites

Desde la DGT recordaron que todo conductor al volante debe ser consciente de que debe circular siempre a una velocidad aconsejable a las características de la vía y a las circunstancias existentes y en cualquier caso no superar nunca las velocidades genéricas o específicas de la carretera.

En caso de frenada y/o maniobra brusca debe poder controlar y detener el vehículo en la menor distancia posible, acción que logrará haciéndolo a la velocidad que se determina en cada momento, minimizando las posibles consecuencias en caso de sufrir un accidente de circulación, por lo que este tipo de acciones negligentes y arriesgadas no solo ponen en peligro la integridad de otros usuarios de la vía, sino la propia vida y la de las personas que viajan en el vehículo.