Dicen que en cualquier hospital se distingue a un paciente segoviano por la manera de subirse a la camilla. El segoviano de toda la vida echa la rodilla y va de frente en vez de ponerse de espaldas y plantar el culo como el resto de los humanos. A mas nivel de “segovianía” y mas generaciones bajo el manto del acueducto, mayor la tendencia a subir la rodilla y escalar a la cama. No hay ningún estudio serio que confirme esta tendencia de momento ni una explicación lógica, si se publicara algo, yo se lo cuento.

Reflexionando sobre este tema, me pregunto si esto está relacionado con la forma general de encarar la vida en esta ciudad, siempre de frente y echado palante. Por que vamos a ver, en las calles existen dos tipos de peatones, el no segoviano, ciudadano de cualquier sitio del mundo y el Segoviano. Pues bien el peatón del mundo exterior, antes de cruzar un paso de cebra, se para, mira a un lado y otro y no osa plantar un pie en la carretera hasta asegurarse que no hay coches o que se han parado. El ciudadano del mundo exterior comprende que cruzar sin mirar por mucho que haya paso, es jugarse la vida o al menos las piernas. El peatón segoviano se caracteriza por una fé total y absoluta en la bondad del conductor y una confianza profunda en el respeto del paso de cebra, en una palabra, que el peatón segoviano se tira en plan intento suicida al paso de cebra sin pensárselo dos veces, de frente y sin mirar, igualito que se sube a la camilla. Como auténticos camicaces, saltan al paso de cebra que parece estar dotado en esta, nuestra ciudad, de continuidad invisible pero absoluta con la acera. ¡Toma ya! A la vista de los atropellos que vemos en urgencias, conviene recordar al viandante que no todos los conductores son de esta provincia y que hasta al conductor más del terruño, se le puede despistar uno de esos pasos y ¡zas! ya esta liada….a dar trabajo a los de urgencias.

Y puestos a hablar de coches, hablemos de aparcamientos. Con esta manía de politizarlo todito, todo en este país, el aparcamiento del hospital tiene mas lucha de siglas que una sopa de letras; las únicas necesarias son H y P, parking y hospital. Que parece ser que nos van a cobrar a todos, pacientes, visitas y personal. Lo curioso es que esto sea necesario, el hospital no es que esté precisamente en la Calle Real, que alguna ventaja tiene que tener el estar a las afueras pero esta mala planificación, es otro cantar.

Un poquillo de lógica es lo que hace falta y lo primero que hay que ver es quién utiliza ese parking, por que los que vamos andando estamos mas que acostumbrados a ver ramilletes de gente a primera hora que baja del hospital tras haber aparcado cómodamente ahí su vehículo, camino de su trabajo, tienda u oficina. Lo siguiente es pedir explicación sobre toda la enorme zona de aparcamiento, marcada y todo, que rodea todo el perímetro de los bajos del hospital pero en la que apenas se ve alguna camioneta de vez en cuando. ¿Por qué está eso cerrado? Y luego está la madre del cordero (o del cochinillo en este caso), ¿cómo se va a cobrar? ¿Indiscriminadamente? ¿Van a cobrar al abuelete que se va a mirar lo de la próstata o a la pobre mujer que tiene al marido en la UVI? ¿Va a pagar lo mismo por aparcar el director médico que un celador? Vamos anda…..como nos pongan la típica maquinita de aparcamiento nos va a dar la risa floja. Necesitamos un sistema racional que permita por ejemplo con un código un par de horas gratis para la gente que viene a consulta y un precio reducido cuando se asocia a la tarjeta de visitante. Para el personal, tendrán que crear un sistema de puntos que tenga en cuenta distancia de casa al hospital, tipo de turnos y cosas así y asignar tarjetas de bandita magnética que abran una barrera. Precios casi simbólicos y relacionados proporcionalmente con la nómina que valgan para controlar el uso del parking, más que para sacar beneficios. ¡Pagar por ir a trabajar es realmente un concepto algo heavy!

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