Íker, Rodrigo y Guille, tres amigos segovianos, tenían muy claro que hoy inauguraban la fase 1 con el reencuentro más esperado. “Juntarnos un rato y vernos las caras”, “no nos vemos desde hace más de dos meses, demasiado”, “hasta nervios se siente”, fueron sus primeras impresiones sentados en una terraza de uno de los pocos establecimientos abiertos en la céntrica avenida del Acueducto de Segovia. Una mañana de felicidad entre los clientes y mucha preocupación e incertidumbre entre los hosteleros.

Estos tres amigos buscaron una terraza con aforo disponible, pidieron la primera ronda de cervezas y con un buen pincho, que fue “la mejor” y les «supo a gloria”. En otra mesa, guardando la distancia de seguridad, Luis, trabajador de la construcción, por fin disfrutó de su primer café con leche. “El café está riquísimo después de casi tres meses sin tomar uno en un bar. Buenísimo. El de casa está bien pero hace falta salir, sentarse, ver gente, además el tiempo acompaña y se está fenomenal”, resumió.

Junto a su mujer no se pensó dos veces acudir al ‘Bar de Deif’, propiedad de su amigo David Arribas, para echar una mano ayudar y contribuir a la reactivación de este sector tan importante par la ciudad. Este hostelero decidió abrir este lunes para poder empezar a tener ingresos y hacer frente al alquiler íntegro del local. Sus trabajadores siguen en ERTE y él estará sólo para ir reactivando su negocio, con la terraza y con el servicio de comida para llevar.

“Esta semana va a ser buena, si el tiempo acompaña porque la gente tiene ganas”, señaló Arribas, después se verá si seguimos avanzado en la desescalada y se “vuelve a la normalidad al 50 por ciento”. David Arribas agradeció a los clientes su responsabilidad y talante para seguir con todas las indicaciones, esperando su turno para sentarse hasta que no se haya desinfectado la mesa y las sillas

A lo largo de toda la popular avenida del Acueducto, con un gran número de establecimientos de hostelería, sólo cuatro abrieron sus terrazas durante la primera mañana del estreno de la fase 1. Al igual que David, el propietario del bar restaurante ‘El Cochifrito”, a pocos del Acueducto, Julián Conde, también atendió sólo la terraza, al 50 por ciento del aforo, con todas las mesas ocupadas.

Un grupo de trabajadores salmantinos de una empresa de construcción, que están trabajando en Segovia, se toman un merecido descanso para dar rienda suelta al buen humor, la carcajada y la tertulia. Una imagen que no se repetía desde hace muchas semanas. “Lo que no era normal es no poder lo que estamos haciendo ahora. Hacía falta, siendo prudentes y controlando un poquito, necesitábamos un poco de aire”, argumentó Ramón Serichol, en nombre de sus compañeros.

Entre la preocupación y el optimismo

Estos trabajadores son conscientes de la importancia de apoyar a la hostelería, que llevan mucho tiempo cerrados y necesitan respaldo para sacar adelante sus negocios. Sobre las dificultades y muchos quebraderos de cabeza sobre las incertidumbres que trae el futuro reflexionó Gilberto Yagüe, propietario del bar ‘La Tasquina’, mirando a las cuatro mesas de su terraza. “Estamos aquí porque tenemos que arrancar. Me preocupa bastante porque a nivel económico abrir este negocio es inviable y eso que es pequeño. No lo veo hasta que no se pase a la fase 2”, declaró.

Yagüe explicó que entiende bien a los compañeros de la hostelería de la ciudad que decidieron no abrir porque a él no le va quedar más remedio que estar sólo para ir pronto al bar, hacer los pinchos, irse a casa para dar una ducha y “estar de camarero el resto del día para atender a los clientes”. Además está esperando la contestación del Ayuntamiento sobre la ampliación de las terrazas.

Las jóvenes Blanca, Marina y Amalia sí agradecieron a Gilberto que se animara a abrir su terraza para poder estar de nuevo juntas “desde que nos confinaron”. El sentir de estas tres buenas amigas era no dejar pasar la mañana de este lunes para encontrar una mesa y tomarse juntas la primera consumición de la fase 1. “Hemos quedado en el Acueducto y hemos sido por toda la avenida que había muy pocas terrazas y estaban todas llenas”, resumió Blanca. Les supo igual de buena la cerveza que la conservación y el esperado reencuentro.

En la misma calle, compaginando la reapertura con unas obras, la dueña del bar ‘Los Claveles’, Cayetana Fraile, explicó que decidieron abrir porque “hay que tirar hacia delante como sea porque sino no sube la economía”. Tienen tres mesas con la separación indicada y bien estudiada la situación para los grupos, de hasta un máximo de 10 personas, que acudan a las tres meses que pueden tener. “La ampliación de la terraza está justo en la zona de las obras pero bueno nos iremos acomodando como podamos para salir adelante”, subrayó.

Sus clientes también pueden acudir para recoger sus pedidos de comida para llevar, con ofertas para anunciarles su regreso. “Nos lo pide y en poco tiempo lo tienen a sus disposición. Lo mejor es que la gente vea que estamos abiertos y apoyarnos en la hostelería unos a otros para que haya circulación de clientes”, remarcó esta hostelera segoviana.