El Colegio Claret completaba el viernes pasado la primera edición de FUTURCLARET, una iniciativa novedosa que ofreció a sus alumnos, la posibilidad de conocer, desde la experiencia de otros, lo que, en breve, se van a encontrar – EBAU e inserción laboral- y lo hizo desde dos perspectivas diferentes, a la vez que complementarias.

La experiencia de los ponentes de la primera parte de la jornada dejó momentos para la reflexión. Para Libardo Palma y Raquel, de la FES,el reto es encontrar el sitio porque, todos, tenemos uno”. El coronel, Roberto Fdez. Rosado, hizo pensar a muchos de los asistentes con un planteamiento que, si bien, parece obvio, en no pocas ocasiones, se nos escapa: “la defensa del país está en las aulas”. Esta primera parte se cerraría con la intervención de Macarena Ramírez de la Universidad San Pablo CEU, que, en estos momentos de tensión entre los alumnos del último curso, quiso trasmitir esa tranquilidad que no siempre encuentran, ya que, “equivocarse es también aprendizaje”.

En la reanudación de este evento, tomarían la palabra, haciendo bueno el título, Yo estuve allí, los que, no hace tanto, ocupaban los mismos asientos que hoy acogían a la promoción que será la siguiente en graduarse.

Situados en el escenario del salón de actos colegial, frente al público presente, la treintena de participantes, todos ellos exalumnos del Claret, se irían presentando y dejando una frase o un pensamiento sobre el que reflexionar. Allí se reunieron jóvenes de ámbitos muy distintos: periodistas, médicos, sanitarios, ingenieros, arquitectos, biólogos, geólogos, consultores, psicólogos, profesores, profesionales del deporte, creativos, universitarios, …

Precisamente, esa conexión tan próxima, con los alumnos de hoy, que minutos después se acrecentaría con las reuniones por centros de interés, en grupos más reducidos, fue la clave del éxito de esta cita.

Un éxito, en palabras de los organizadores, fundamentado en la demostración -por encima de los reconocimiento o rankings en los que pueda mencionarse a este centro, y que siempre se agradecen- de que lo importante para cualquier colegio es el valor del vínculo. Ese vínculo entre los que pasaron muchas horas en sus aulas y que, en esta jornada, volverían a pisar, y el propio Colegio Claret y los que hoy les suplen.

Que todos estos participantes venidos de lugares distintos, algunos del extranjero, o los que lo hicieron mediante alguna grabación, por resultarles imposible estar en esta fecha con el resto, dedicaran su tiempo, dejando aparcadas sus ocupaciones, para hacer esa labor de acompañamiento y de empatía, es algo que compensa las dificultades que hay que afrontar cada jornada en la, siempre complicada, labor educativa.

En definitiva, se materializó una idea que ha supuesto un esfuerzo grande para el departamento de orientación, de coordinadores y para la propia dirección de la etapa pero que, tras una primera evaluación, por parte del público y de los participantes, promete tener continuidad en los cursos sucesivos, dado el alto nivel de satisfacción con que se clausuró el del presente año.