La declaración del estado de alarma ha provocado un cambio en la evolución de los índices de criminalidad, que a partir del pasado 14 de marzo, y hasta el 31 de ese mes experimentaron un descenso en Castilla y León del 74,2 por ciento, cinco décimas más que en el conjunto de España, donde la caída fue del 73,8 por ciento.
Según el informe elaborado por la secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, durante ese periodo se registraron en la Comunidad 897 infracciones penales, frente a las 3.474 contabilizadas en el mismo periodo del pasado año. En España se pasó de las 75.059 a 19.656.
Por comunidades, la mayor caída se registró en Madrid, con un 84,1 por ciento, por delante de Aragón (78,2 por ciento), Asturias (75,9 por ciento), Valencia (75,6 por ciento), Castilla y León (-74,2 por ciento), Castilla-La Mancha (72,9 por ciento) y La Rioja (70,1 por ciento). Por el contrario, el menor descenso se registró en Navarra (64,3 por ciento), Cantabria (65,8 por ciento), Andalucía (66) y Murcia (69 por ciento). En el informe no aparecen datos de País Vasco y Cataluña.
El descenso de la criminalidad es mayor en los núcleos urbanos más poblados y en los que la presencia policial ha sido más evidente. En aquellas poblaciones de más de 100.000 habitantes, la reducción del índice de actividad delictiva ha sido de un 79,7 por ciento.
Los delitos contra la seguridad vial (-57,1 por ciento), los delitos de odio (-73,1 por ciento) y los relacionados con el tráfico de drogas (-49,8 por ciento) también presentan una caída durante la vigencia del estado de alarma el pasado mes de marzo, en proporción similar y equiparable a la mayoría de las infracciones penales conocidas.
Por su parte, los delitos patrimoniales, que habitualmente constituyen el 75 por ciento del total de los conocidos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, presentan un patrón de descenso equiparable al resto de las tipologías delictivas. Sin embargo, la declaración del estado de emergencia redujo su peso proporcional en el conjunto de la criminalidad a un 54,1 por ciento sobre el total.
Por tipologías penales concretas, las que presentan un mayor descenso son las estafas, con una caída del 86,6 por ciento, por delante de la ocupación de inmuebles (79,7 por ciento), sustracción de vehículos (69,9 por ciento), daños (69,3 por ciento), robos con fuerza (65,7 por ciento) y hurtos (61,6 por ciento).
Respecto al lugar específico de comisión, descienden en general para todos los lugares, si bien la caída de los atracos a estancos (21 por ciento) y farmacias (35 por ciento) no es tan elevada como en el resto.
Mientra tanto, la evolución del número de personas detenidas e investigadas por su presunta responsabilidad en una infracción penal durante la vigencia del estado de alarma muestra las mismas pautas descendentes que la de la criminalidad en general, aunque incluye un factor diferenciador importante, ya que un alto índice de variación al alza de las detenciones por hechos relacionados con resistencia y desobediencia a la autoridad (519,1 por ciento) en los controles de cumplimiento del confinamiento impuesto durante el estado de alarma. Esa es la misma razón por la que los atentados a agentes de la autoridad, aunque también reducen su casuística, lo hacen en menor medida que el resto de las tipologías penales, ya que el número de detenidos e investigados se reduce solo en un 8 por ciento.
El perfil tipo de la persona detenida e investigada durante el estado de alarma por cualquier causa es el de un varón comprendido en los grupos de edad de 18 a 40 años y de nacionalidad española (72,4 por ciento).