El grito en el cielo ha puesto el responsable del Restaurante Aqqueducto de la Plaza de Oriente contra lo que considera una «nueva cacicada del alcalde de Segovia». El establecimiento en cuestión, denuncia que el edil segoviano «ha declarado la guerra a este hostelero» al no renovarle para el año 2011, la licencia de la terraza que tenía expuesta en dicho emplazamiento.

La dirección de Aqqueducto denuncia que la única base sobre la que Pedro Arahuetes se asienta es la de que el dueño del restaurante «es un rebelde y no obedece las órdenes del alcalde», según un comunicado que han mandado a los medios y expresa su disconformidad hacia lo que consideran «una amenaza del Sr. Alcalde lanzada y publicada mes y medio antes «y sin justificación alguna».

En opinión de Restaurante Aqqueducto, con esa decisión, el alcalde de Segovia conseguirá un doble objetivo: la pérdida de entre diez y veinte puestos de trabajo y la pérdida de ingresos para las arcas municipales por importe de cerca de 17.000 euros anuales por tasas derivadas de la instalación de la terraza.

La lucha ha llevado al empresario ha denunciar ante un juzgado de instrucción de Segovia al propio alcalde y a la concejala de Medio ambiente. Pero la cosa no queda ahí, sino que ante lo que califican como «la persecución implacable que está llevando a cabo contra ese establecimiento», el Ayuntamiento ha requerido al restaurante la retirada los elementos publicitarios anunciadores de los menús del restaurante instalados en la calle y la mesa velador que tiene en la acera para que sus clientes conozcan la carta y menús que ofrecen.

Por esto, el empresario ha denunciado ante urbanismo y obras, a todos los establecimientos de hostelería y otros sectores que tienen esos paneles publicitarios, trípodes o los típicos cocineros anunciando sus cartas y menús en la calle, con el fin, de cómo argumenta, el Ayuntamiento actúe con la misma firmeza contra todos los establecimientos o contra ninguno, «no sólo contra aquellos regentados por personas que Arahuetes considera sus enemigos», concluye.

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