El Consejo de Administración de Caja España aprobó este martes la fusión con Caja Duero con 16 votos a favor y la oposición del único representante de UGT, Miguel Ángel Álvarez, que justificó su voto en contra por la ausencia del pacto laboral. Con esta decisión, según señaló el presidente de la entidad, Santos Llamas, la entidad afronta “con valentía y eficacia la necesaria reestructuración del sector financiero nacional e internacional”. Asimismo, se pondrá en marcha un plan de negocio centrado en fortalecer la rentabilidad, la eficiencia y la solvencia de la entidad resultante.

Así, explicó que la fusión, “la decisión más importante que ha tomado la Caja últimamente”, tiene como objetivo crear una entidad de ahorros “fuerte, eficaz, rentable y solvente que dé respuestas a los grandes retos que demandan, a corto y medio plazo, los clientes, empleados y la sociedad en general”.

De este modo, ambas entidades han diseñado un modelo de negocio en torno a cuatro ejes, que son una estrategia basada en los negocios bancarios tradicionales, “con una estructura de financiación prudente y dando preponderancia a la gestión eficiente del riesgo”, un “ambicioso” plan de reestructuración, “enfocado al aprovechamiento de las economías de escala y a la mejora de la eficiencia”; el compromiso con la obra social, “que se hace compatible a corto y medio plazo con los requisitos de devolución de la recapitalización procedente del Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancario, y un proceso de recapitalización con apoyo del FROB, “destinado a reforzar los recursos propios durante el proceso de fusión”. En este sentido, la nueva caja de ahorros, que tendrá el nombre de Caja España de Inversiones, Salamanca y Soria, Caja de Ahorros y Monte de Piedad”, se compromete a respetar los compromisos adquiridos por las dos entidades fusionadas respecto a la obra social.

Este acuerdo del Consejo de Administración deberá ser ratificado en una asamblea general de la entidad que se celebrará, según Santos Llamas, quien mostró su convencimiento de que será refrendado, en los meses de mayo o junio, con el objetivo de que el 1 de julio esté operativa la nueva caja fusión. En este sentido, abogó también por retomar “de inmediato” la negociación del pacto laboral para poder presentarlo en la asamblea.

 

Caja Duero aprueba la fusión con Caja España con cuatro votos en contra, pero la condiciona al pacto laboral y a un acuerdo en el organigrama.

El Consejo de Administración de Caja Duero aprobó este martes por 13 votos a favor y cuatro en contra la fusión con Caja España, si bien condicionó el visto bueno definitivo a que se cierre un pacto laboral con los sindicatos y a que se solventen las diferencias entre ambas cajas sobre el organigrama de la futura entidad fusionada. Por ello, se acordó convocar un nuevo consejo de administración el próximo lunes, para “resolver” asuntos como el organigrama de la nueva entidad, a la que también se incorporará al director general, y en el que, además, se espera cerrar el pacto laboral, según concretó el presidente, Julio Fermoso. La propuesta de fusión contó con el voto en contra del secretario regional de UGT, Agustín Prieto; el representante de este sindicato en el Consejo de Administración, Antonio Muñoz; el de CCOO, Fernando Corral, y el vicepresidente tercero Victoriano Pedraz.

El presidente de Caja Duero aseguró que trabajarán estos días para “concluir” con esas exigencias y poder convocar la Asamblea General cuanto antes, aunque matizó que no será “en ningún caso” antes de mayo.

Asimismo, opinó que se ha aprobado el proceso porque creen que los acuerdos de Tordesillas se han cumplido y agradeció en este sentido la ayuda tanto de la Junta de Castilla y León como del Banco de España para llevarlo a cabo.

En este sentido, valoró el proceso de fusión por tratarse a su juicio de una solución “en la que nadie pierde” y como ejemplo citó que los empleados que se van lo hacen en condiciones “satisfactorias”, así como los que se quedan lo hacen “mejorando su situación”.

El presidente destacó la necesidad de llevar a cabo la fusión entre ambas entidades ya que aseguró que el proyecto es viable, les dará más solvencia y más fortaleza, así como afirmó que es “imprescindible” porque si la caja está en una buena situación puede incorporar a otras entidades y si no, no sería posible.

Fermoso recordó que en el sistema financiero vale el dicho de “o comes o te comen” y en este caso aseguró que se producirá una fusión con niveles de equilibrio “satisfactorios” para la entidad y para la sociedad en la que está implantada.

Además, apuntó que hay que parar una crisis, donde los índices de morosidad no están resueltos y el acuerdo entre ambas cajas es “una especie de vacuna” para “tranquilizar” la situación.

Por todo esto, afirmó que es un proceso “positivo”, que situará a la entidad entre las diez primeras cajas del país en cuanto a nivel de producción y que además tendrá su sede para la gestión de la misma en Salamanca, en Castilla y León.

En cuanto a la posibilidad de que la presidencia de la nueva entidad tenga carácter ejecutivo, el presidente de Caja Duero señaló que en el texto de los estatutos no se “habla” en ningún artículo ni de presidencia ejecutiva ni no ejecutiva, aunque matizó que si contempla como excepción la presidencia ejecutiva en una alusión a la misma en un artículo para la modificación de los estatutos.

Por su parte, el director general de Caja Duero, Lucas Hernández, explicó que en la reunión mantenida hoy se estudiaron los documentos básicos que regulan la fusión y los textos que se dirigirán al Banco de España para solicitar las ayudas previstas dentro del Plan de Viabilidad.

Hernández resaltó que el Plan de Viabilidad de la entidad, a pesar de estar elaborado sobre bases “conservadoras e hipótesis muy duras”, confirman que las ayudas que se solicitarán al FROB se devolverán “sin problemas”.

De hecho, añadió que el estudio elaborado por la consultora KPGM contempla la devolución de 350 millones de euros el cuarto año y el resto, 175 millones, en el quinto periodo, sin contar con los beneficios extraordinarios.

 

Será la séptima caja del país.

La fusión entre Caja España y Caja Duero dará lugar a la séptima caja de ahorros del país en activos totales medios, que superarán los 46.000 millones de euros, si bien ocuparía el octavo lugar si concluyera con éxito el proyecto de integración de Caja Segovia y Caja de Ávila en el grupo Banca Cívica.

El proyecto de fusión incluye un plan de negocio, cuyo objetivo es “fortalecer los ratios de rentabilidad, eficiencia y solvencia y situarlos en 2015 en una rentabilidad financiera ROE(relación entre el beneficio neto y los capitales propios) del 12 por ciento, el margen de eficiencia en 45 puntos y la solvencia (TIER I) en un 10 por ciento..

Para la puesta en marcha de este plan, Caja España ha acordado solicitar al FROB 525 millones de euros, un préstamo que sería devuelto en un plazo máximo de cinco años. Además, se está negociando con los representantes de los empleados un plan laboral, que incluirá la necesaria racionalización de la plantilla, de la red comercial y de los servicios centrales. En el momento de la fusión, la nueva Caja nace con una red de 1.102 oficinas y una plantilla total de 5.549 empleados.

En el caso de que Caja Duero vote no a la fusión, Santos Llamas ha asegurado que tienen listas “otras iniciativas”, pero aseguró no querer pensar en ellos porque está convencido “de que irá bien”. También destacó que este es un acuerdo en el que llevan trabajando “dos años” y que en estos momentos “es importante lanzar mensajes positivistas”.

No obstante, el Consejo de Administración de Caja España se ha celebrado en un tono de irritación ante los problemas planteados a última hora por Caja Duero, especialmente, ante el planteamiento de condicionar el apoyo al proceso a la negociación de los nombres que deben ocupar los puestos directivos en la nueva entidad.

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