123.482 personas están llamadas a votar en esta jornada electoral. En la calle se nota, casí no pasea gente pero las entradas a los colegios se ven desde lejos por la cantidad de gente que se amontona para ejercer su derecho al voto. En los lugares más representativos de Segovia (Acueducto, Casa de los Picos, calle Real…) los turistas tranquilamente pasean y se hacen fotos. Un grupo de turistas japoneses ni siquiera se da cuenta de lo que sucede en España: «No tenía ni idea, que haya suerte». Otros más nacionales indican que para ellos es una buena fecha para viajar, «ya votamos por correo, asi que podemos visitar la ciudad sin preocupaciones», indica una pareja de Madrid. 

Pero es día de elecciones. Los colegios segovianos se preparan desde las 9 de la mañana para recibir a los más madrugadores. A la hora indicada el Colegio de Santa Eulalia tenía todo listo. Con el grito democrático: ¡Comienzan las votaciones! el primer votante deja constancia de su decisión para el gobierno de España en menos de un minuto. «El proceso es sencillo» indicaba la presidenta de una de las mesas: «se les pide identificación, los miembros de la mesa comprueba que está en el censo y, una vez anotado y visto que entrega dos sobres, se le permite votar siendo la persona las que lo introduce en la urna». A las 9,20 la cartera llega con un buen taco de votos: los votos por correo. El escrutinio de estos se hace al final de la tarde, antes de cerrar las votaciones: «hay que comprobar que esten todos porque pueden haberlo solicitado y no haber votado».

La siguiente electora comentaba a la mesa que votaba a estas horas para aprovechar la mañana y asi poder ir a ahora a andar como hace todos los días. Por otro lado, otra de las votantes, Gloria siempre vota y cree que «siempre se debe votar, haya crisis o no». Los segovianos son fieles a ejercer su derecho al voto y confían en sus decisiones. Charo a las 10 ya habia votado y según sus palabras «si fuera por mi voto si que habría voto». 

En el Colegio Domingo de Soto la actividad es mayor. En la puerta se encuentran los votantes que entran y los que salen. En las aulas hay colas pero los miembros de la mesa lo tienen todo controlado. Veronica todos los años vota, lo hace por convicción y no necesita mirar los programas electorales «al final todos te dicen lo mismo». En cambio «si que voto por como es el candidato». Además, un grupo de monjas pasan por las urnas y desean que «tengamos suerte». 

Pero hay algunos que tienen muy claro lo que quieren. Un hombre se acerca a la mesa electoral con el sobre del PP recién abierto: «No hay problemas. Los segovianos son muy correctos y tienen ganas de votar» cuenta el presidente de la mesa. Alguno nos cuenta historias, como por ejemplo que presidió la mesa de las elecciones en el 82 y que ese día si que fue largo». 

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