A no muchos grados más que los que anochen arropaban la celebración del Paso de la Hoja, Segovia ha salido a la calle para asistir al tradicional Villancico de San Frutos. A las doce de la mañana, en el trascoro de la Catedral, donde se guardan las reliquias del santo eremita, cerca de un millar de personas se daban cita para escuchar la mítica pieza interpretada por unas 250 voces e instrumentos. Tras concluir el mismo, el obispo de la Diócesis, Ángel Rubio Castro, presidía en la Catedral la misa en honor al patrón de la ciudad.

En la Plaza Mayor la festividad de la ciudad de Segovia se dejaba ver en la cara y en los bailes de los asistentes que se han dado cita en torno al Templete de la Plaza Mayor en el que la Unión Musical Segoviana ha interpretado un total de diez piezas musicales entre pasodobles, jotas e incluso una pieza del can can. A los coletazos finales de esta actuación han asistido una vez finalizada la misa en la Catedral, los miembros de la Corporación Municipal.

Tras el concierto, la Ronda Segoviana, representada con 8 de sus miembros, recogían de manos del alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, el título de ‘amigo de San Frutos’, reconocimiento concedido por la Cofradía del Paso de la Hoja y plasmado en una figura del santo, obra de Ignacio Sanz. «Un verdadero orgullo», señala Carmelo Gonzalo, presidente de la formación musical. Posteriormente la periodista segoviana Teresa Herranz de Contreras fue la encargada de dar lectura al romance de San Frutos, en el que se recuerda la vida del santo eremita, que según la leyenda, se retiró a un pequeño cenobio, donde se alza su ermita, en las Hoces del Duratón, tras crear milagrosamente con su cayado las hoces, evitando así un ataque de las tropas musulmanas a la zona. «Segovianos. ¡Viva el Santo! ¡Viva el Santo bendito! clamaba para acabar.

La celebración ha finalizado con el canto del Himno a Segovia a los pies del templete e interpretado por miembros de la Corporación junto a los ciudadanos que han querido sumarse a este canto.

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