Esta mañana la Avenida de la Constitución daba una nueva «alegría» a sus vecinos con carteles en prácticamente la totalidad de la vía: Prohibido aparcar en la acera de subida desde el jueves 18 de noviembre desde las 8h y hasta finalizar la instalación de las farolas.
Tal y como ha confirmado el Ayuntamiento a la Redacción de Segoviaudaz, se estima que este trabajo tenga una duración aproximada de tres días, en función de cómo se ejecuten las tareas.
Las farolas que se instalarán, atendiendo a la inicial descripción del proyecto, serán farolas con dos focos de iluminación, que darán luz a la carretera, por un lado, y a la acera por el otro, tal y como se indicaba en el proyecto que se presentó en un primer momento.
Se trata de un gran paso para una obra que se está haciendo larga, de manera muy especial entre vecinos y negocios de la zona, y que sin duda la acercará más a su final. Sin embargo, esta limitación en el número de plazas de aparcamientos de la zona va a traer innumerables incomodidades para los segovianos y, de manera muy especial, a la hora de entrada y salida del colegio puesto que buena parte de las familias que escolarizan a sus hijos en el CEIP Villalpando aparcan sus vehículos en esta Avenida en estos momentos críticos para la circulación de la ciudad.
Por eso, si transitan la Avenida de la Constitución o suelen aparcar en las inmediaciones, tengan en cuenta esta nueva situación a partir del jueves para evitar retrasos o incomodidades añadidas.
Una obra con un importante retraso
Las obras, con una inversión algo superior a los 270.000 euros, comenzaban el pasado mes de mayo y tenían una previsión de cuatro meses de duración. Sin embargo, como suele ocurrir con estas cosas sin que ninguna razón parezca justificación suficiente, aún no ha terminado y, no sólo eso: parece que el final aún no está cerca.
Entre los episodios más sonados de las obras se encuentran unos remates que no satisfacen a los vecinos y que han sido ampliamente criticados por el PP en el Ayuntamiento de Segovia; las quejas de los comerciantes y vecinos que denunciaban en redes sociales y en una improvisada reunión con el concejal una completa falta de sensibilidad hacia sus empresas, y, por supuesto, el desgraciado accidente que hace solo unos días acababa con la vida de un perro de gran tamaño que resultó electrocutado en las inmediaciones de una farola por un problema en la instalación eléctrica.
Aún a día de hoy las farolas cuentan con improvisados remates que alarman a los vecinos ante los peligros que esto podría ocasionar.