La casualidad ha querido que James Cameron y su ex mujer Katrhyn Bigelow se enfrenten cara a cara el próximo 7 de marzo. Con 9 nominaciones cada uno, ambos aspiran a la estatuilla de mejor película y mejor dirección. Si cualquiera de ellos tiene sed de venganza por la ruptura, Hollywood se lo ha puesto en bandeja.
Líos de faldas aparte, las nominaciones de los Oscars nos ha dejado gratas sorpresas, como la aparición de District 9 o Up entre las posibles mejores películas, las 8 candidaturas de Malditos Bastardos o la presencia de un cortometraje español entre los seleccionados, La dama y la muerte, de Javier Recio.
También me alegro por Precious, cuya historia no he podido quitarme de la cabeza desde que la vi en San Sebastián hace ahora 5 meses. Su entrañable protagonista y la mano de Lee Daniels detrás de un drama de tales dimensiones, merecen premios, premios y más premios.
Pero también hay desacuerdos. Como la nominación a mejor película de la infumable A serious man, el último trabajo de los hermanos Cohen que aburre y desespera al mismísimo Santo Job. 2 horas de desgracias sin gracia no se merecen subir a la palestra.
Tampoco comulgo con las 6 nominaciones de Up in the air. En su día me pareció una buena película y quizá Anna Kendrick merezca reconocimiento, así como el original guión de Jason Reitman pero, en mi opinión, no debería estar ahí George Clooney, y hablar de la mejor película de 2009 es mucho decir.
La carretera, de John Hillcoat no aparece en la esperada lista. Dónde está? Por qué se han olvidado de ella? ¿quién ha decidido que es mejor la de Sandra Bullock? La adaptación del libro de Cormarc Mcarthy es una de las mejores pelis que he visto últimamente (fui al pase de prensa el viernes pasado). Un cuento lúgubre sobre el valor de la vida y la muerte en la que participa un español, Javier Aguirresarobe.
Y esta misma mañana he visto An education, también nominada. Una pequeña historia de amor, ambientada en el Londres de principios de los años 60,con mucha moraleja y en la que destaca la interpretación (acertadamente nominada) de Carey Mulligan. En ciertos momentos me ha recordado a Revolutionary Road, pero aún tengo que desgranarla.
En cualquier caso la suerte ya está echada. El 7 de marzo pasaremos la noche en vela comprobando si hemos ganado la porra. Yo no apostaría por Penélope Cruz que, a pesar de enseñar palmito en Nine, no se merece llevarse al tío Oscar a casa.