Han pasado cuatro meses desde esa fatídica mañana del 30 de octubre, aquella en la que aparecía el cuerpo sin vida de la pequeña Olivia, de sólo seis años. La pequeña segoviana, cuya custodia había sido otorgada a su padre, moría, presuntamente asesinada por su madre, por ingesta letal de fármacos suministrados en un vaso de cacao, en concreto por el triple de dosis aconsejada para su cuerpo, de apenas 20 kilos.
El proceso continúa y, a petición de la defensa de Martínez, este miércoles prestaron declaración los policías nacionales de la Brigada de Seguridad Ciudadana y el médico del SAMU. Su testimonio ha sido contundente: Noemí Martínez simulaba estar inconsciente: Fingió el suicidio. Así, lo explicaron en un relato en el que aseguraron que Martínez respondía a todos los estímulos y que, en ningún momento, se temió por su vida.
Noemí no se adapta a la prisión
Desde entones, Noemí Martínez se encuentra en prisión provisional y sin fianza. En concreto, en una Unidad Terapéutica de la cárcel asturiana. Allí, más protegida del contacto con otras presas, se garantiza su seguridad aunque todo indica que podría ser trasladada a otro centro próximamente. Durante este tiempo, la acusada se ha acogido hasta en dos ocasiones a su derecho a no declarar.
A pesar de todo ello, las pruebas e indicios recogidos han sido suficientes para que la jueza, a petición de la fiscalía y la acusación particular, dictara la prisión inmediata. El proceso continúa con celeridad y, previsiblemente, el juicio podrá celebrarse a finales de 2023.