El marionetista madrileño Aitor Sanz Juanes, el primer titiritero español en salir de la Escuela Superior Nacional de las Artes de la Marioneta de Charleville (Francia), consigue recrear en su espectáculo ‘Suspiro’ el horror y la desolación de la guerra, gracias a una artística combinación en la que plasma la tristeza y el odio de las contiendas, sobre todo, entre hermanos.

Primero fue espectador del Festival Internacional de Títeres de Segovia y, ahora, se convierte en uno de los grandes protagonistas de Titirimundi.

Su montaje, bajo el título ‘Suspiro’, surge tras la muerte de su abuelo. “Cuando mi abuelo falleció, yo no estaba en España, unos meses después fui a ver a mi abuela y dando un paseo por el apartamento me di cuenta que toda la ropa de él estaba todavía en los armarios, bien plegada, como si estuviera vivo, como si estuviera todavía entre nosotros”, señala Sanz Juanes en declaraciones a Ical. “Es ahí donde empezó todo, ahí es donde me di cuenta de que tenía que hacer ese espectáculo con ropa”, añade. Y es que el vestuario es un componente esencial de la obra porque significa “la presencia de alguien que ya no está entre nosotros, una presencia al interior de la ausencia; y, esta historia, la de todos ellos, desde mi punto de vista, solo se podía contar con ropa”, explica. Aitor Sanz Juanes se refiere a todas aquellas personas que murieron en la guerra civil, a los desaparecidos, a los niños robados, “no quería hablar del conflicto, para eso ya hay muchas películas y obras de teatro, yo quería dar la palabra a los que no la han tenido hasta ahora, pero no sabía cómo”, aclara.

Califica ‘Suspiro‘ como “una obra de mis entrañas” que tenía necesidad de hacer, compartir y con cosas que decir. En este sentido, afirma que “hay una cierta crítica porque no he tenido la intención de ser objetivo, ni los libros de historia lo son”, puntualiza a Ical. La diferencia es que “mi modo de expresión es el arte de las marionetas”.

En el espectáculo, los espectadores “van a ver emerger del océano los niños robados, inocentes olvidados, exiliados y todos aquellos que fueron fusilados y enterrados en fosas comunes repartidas por todo el territorio español”. Para el titiritero, ellos son los protagonistas de esta historia en la que “son los únicos que no han podido presumir de ser vencedores ni de ser vencidos”.

Curiosamente, se da la coincidencia de que la obra, se representará en la Sala Expresa de La Cárcel_Segovia Centro de Creación, la que fuera prisión provincial, reconvertida actualmente en un punto de encuentro cultural que alberga representaciones artísticas, lo que también llamó la atención de Aitor Sanz Juanes, a quien su pasión por los títeres le viene desde que era niño.

Cuando era pequeño sus padres le llevaban a pasear al parque del Retiro de Madrid, donde contempló sus primeros espectáculos de marionetas. “No me acuerdo de los espectáculos de una manera concreta, era muy pequeño, sólo guardo una sensación que me gustaba, la sensación de ser feliz, imágenes borrosas delante de una tela negra, o verde, que me hacían sonreír”, recuerda. Además, siempre le han atraído los muñecos porque ha crecido con series de televisión como Los Aurones, Barrio Sésamo y las películas de Jim Henson. Reconoce, sin embargo, que “es el festival de Titirimundi el que me ha hecho amar los títeres y querer dedicarme a ello”.

En el festival de Segovia conoció, como espectador, a compañías que son todo un clásico, como los Titiriteros de Binéfar, El Chonchón, Karromato, Rod Burnett y muchos otros más. Fue en Titirimundi “donde vi las primeras compañías de marionetas extranjeras con otro tipo de visión de la marioneta, que yo no tenia en esa época, como el teatro Meschugge, y donde me di cuenta de que el mundo de las marionetas es tan grande como un océano, un océano que no te das cuenta cómo es de profundo hasta que no te mojas los pies y empiezas a nadar”.

Por ese motivo, para Sanz Juanes es “una cita anual indispensable para profesionales y espectadores que aman este arte” y agradece la oportunidad que le ofrece el festival “de volver a mis orígenes”.

 

Su vida en Francia

Aitor Sanz Juanes se considera un actor-marionetista. Fue el primer alumno, varón, español, en salir de la Escuela Superior Nacional de las Artes de la Marioneta de Charleville (Francia).

Cuando se dio cuenta de que quería dedicarse profesionalmente a las marionetas, se percató de que “me faltaban ciertas bases del teatro que no me darían ni los libros ni las compañías con las que he crecido”. En ese momento, se dedicó a buscar cursos o escuelas de teatro de marionetas. “Me topé con una escuela pública internacional de teatro de marionetas en Francia, la ESNAM, que acababa de publicar el concurso de admisión para la próxima promoción”. No se lo pensó dos veces. Durante tres años estuvo en una escuela de teatro de actor en Madrid, al tiempo estudiaba francés, y cuando se presentó a las pruebas de la ESNAM “para mi sorpresa, entré”, confiesa.

La experiencia fue realmente satisfactoria porque “la escuela de Charleville te permite una formación muy completa de las artes de la marioneta, te permite hacer cursos de cada una de las técnicas con los más grandes marionetistas del mundo, cuenta con un equipo pedagógico que te pone las pilas durante tres años para formarte en voz, canto, movimiento corporal, actor, etc”.

Lamenta que, excepto la clase profesional del Institut del Teatre de Barcelona, no exista nada similar en España, por lo que tuvo que marcharse a Francia. Por eso, considera fundamental una formación de este tipo en nuestro país “para enriquecer las escuelas de teatro públicas de actor, a los actores, directores, escenógrafos y todos aquellos que buscan trabajar o simplemente les gustan las artes escénicas”. En Francia, puede permitirse vivir de su gran pasión; en España, aún no lo sabe.

Para Sanz Juanes “el arte de las marionetas es imprescindible para poder hacer teatro hoy en día”. “Con ellas puedes contar todo y, además, con la magia de dar vida a trozos de tela, muñecos y objetos que te llevan a sitios impensables”, agrega.

A la pregunta de si los espectáculos de títeres están suficientemente valorados su respuesta es contundente: “si nos hacemos esa pregunta, es que todavía tenemos dudas al respecto”.

Además de ‘Suspiro’, con una estética que rememora la desolación y el horror de una guerra, el titiritero madrileño tiene otra obra ‘Las aventuras de Mr.Punch”, un espectáculo de calle para toda la familia. Como espectador prefiere los montajes para adultos, pero si la representación es buena, disfruta de la misma manera de un espectáculo infantil. 

Actualmente, trabaja como actor en proyectos de otras compañías “por el momento de marionetas, pero quién sabe lo que vendrá”. Y, mientras tanto, en su cabeza empiezan a tomar forma nuevos proyectos “sin prisa, pero sin pausa” de cara al futuro.

Aitor Sanz Juanes presenta ‘Suspiro’ el martes, 14 de mayo, en la Sala Expresa de La Cárcel_Segovia Centro de Creación.

 

 

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