La entidad resultante de la fusión entre Caja España y Caja Duero trabaja ya en la puesta en marcha de la nueva operativa común durante el periodo de transición, hasta que la integración informática resuelva las cuestiones técnicas para unificar todas las actuaciones. Desde la creación efectiva de la nueva entidad, prevista para el viernes, todos los clientes podrán realizar operaciones tan habituales como reintegros de efectivo en cualquiera de las dos marcas y utilizar indistintamente sus tarjetas en cualquier cajero automático de ambas redes sin el cobro de ninguna comisión.
Uno de los objetivos de la fusión es ofrecer a los casi 2,5 millones de clientes de ambas redes un mejor servicio, con productos financieros más atractivos y construyendo una entidad “más rentable, más eficiente y más eficiente”.
En estos momentos, los clientes no tienen que realizar ningún cambio. Si más adelante fuera necesario alguno, la Caja se encargaría de comunicarlo personalmente. Por ejemplo, las libretas y tarjetas seguirán siendo las mismas. En el caso de que alguna oficina deje de prestar servicio como consecuencia del plan de reestructuración, se enviará una carta a los clientes, indicando la nueva sucursal desde la que serán atendidos a partir de ese momento, independientemente de que todos los clientes puedan utilizar cualquier oficina.
Durante el periodo de transición, en el que convivirán las oficinas con las dos marcas (Caja España y Caja Duero), los clientes podrán realizar operaciones de forma indistinta y sin coste: cobrar en efectivo un cheque de su cuenta en la otra marca, realizar reintegros presentando la libreta, realizar ingresos de efectivo, consultar saldos de una cuenta mediante una tarjeta o bien utilizar los mismos números para acceder a cualquiera de los servicios de la banca telefónica a través de Línea Duero o Línea España.
Igualmente, a partir de la integración efectiva y la constitución de la nueva entidad ante notario, todas las oficinas de las dos marcas tendrán los mismos precios para los productos de mayor comercialización, manteniéndose las mismas condiciones contratadas con anterioridad.
En un primer momento, por razones técnicas y para mantener la confidencialidad que requieren los clientes, algunas operaciones deberán mantenerse en las oficinas de la entidad con la que se trabajaba habitualmente. Éstas son la actualización de una libreta en una oficina de la otra marca, cancelar una cuenta en una sucursal de distinta red, consultar los movimientos en los cajeros de la otra caja y cancelar un préstamo.
Los equipos técnicos de la nueva entidad trabajan para acortar en la medida de lo posible el periodo de transición, de forma que todos los clientes puedan realizar cualquier operación de forma indistinta en cualquiera de las 846 oficinas que la futura red mantendrá a disposición de sus usuarios.