Desde finales del año 2008, el hematólogo José Mariano Hernández, del Hospital General de Segovia, desarrolla el proyecto de investigación “Estudio de cohorte poblacional de la Gammapatía Monoclonal de Significado Incierto»(GMSI), con la colaboración de los médicos de Atención Primaria de los centros de salud de Segovia capital, de los Servicios de Hematología, Análisis Clínicos y Radiología del Hospital General, del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca y del Servicio de Citometría de la Universidad de Salamanca.

Este trabajo de investigación, pionero en España, está subvencionado por la Gerencia Regional de Salud de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, y pretende la detección precoz de la GMSI, enfermedad asintomática y no maligna, que puede evolucionar a cuadros malignos, principalmente  Mieloma múltiple. La investigación tiene una duración total de tres años y se centra en el estudio de los hombres y mujeres mayores de cincuenta años de la capital, que colaboran en el proyecto de forma voluntaria.

Para recabar la colaboración de los ciudadanos, desde el Servicio de Hematología del Hospital General se ha dirigido una carta a los segovianos en esta franja de edad, en la que se explican las características de la investigación y se solicita al paciente su participación desinteresada.

Gracias a la positiva respuesta de la población, hasta noviembre de 2010 se han analizado muestras de suero de 5.806 personas, lo que supone un 29,7% de las 19.573 personas mayores de 50 años residentes en Segovia capital. Esta fase de detección continuará, al menos, hasta finales de marzo. En los análisis realizados, se ha detectado un total de 140 pacientes que presentan en su suero la proteína Gammapatía Monoclonal, de los cuales 117 corresponden a Gammapatía Monoclonal de Significado Incierto (GMSI), lo que supone un 2,01 % de la  población estudiada.

Esta enfermedad es asintomática, no maligna y no precisa tratamiento.  El interés en su detección precoz es que un pequeño porcentaje de pacientes (1% anual)   puede evolucionar a Gammapatías Monoclonales malignas. El riesgo de evolución no es uniforme y depende de una serie de factores, algunos ya descritos y otros por descubrir. El conjunto de estos pacientes es una valiosa fuente de conocimiento para el futuro pues permitirá comprobar si los factores de riesgo evolutivo mencionados anteriormente son aplicables en los pacientes, así como estudiar posibles nuevos parámetros predictivos de evolución maligna.

Desde el equipo investigador han agradecido a la población segoviana la buena acogida dispensada al estudio y la disponibilidad mostrada, así como a todo el personal sanitario su colaboración para que este ambicioso proyecto  llegue a buen puerto.

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