Campo de cultivo

La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), ha impulsado el proyecto ‘Hortícolas’. Se trata de encontrar nuevas zonas de cultivo que sean propicias para el desarrollo de este tipo de productos en la Comunidad.

Una vez realizado un informe edafoclimático de tierras que han pasado de secano a regadío, se han identificado tres zonas donde se arrancarán los primeros ensayos: Arabayona de Mógica (Salamanca), Canalejas de Peñafiel (Valladolid) y Santibáñez de la Isla (León), en las que tres agricultores realizarán el mismo estudio en cada una de ellas con los siguientes productos: tres variedades de guisantes, dos de maíz, una de alubia, brásicas, remolacha y lechuga.

El Centro Tecnológico Agrario y Agroalimentario (Itagra), colaborador en este proyecto, realizará la plantación y supervisión de los ensayos con los agricultores que participarán en esta experiencia piloto. Tal y como ha manifestado el consejero, en funciones, Jesús Julio Carnero, “esta iniciativa se lleva a cabo con la intención de ampliar las superficies de cultivos hortícolas en Castilla y León, tradicionalmente cerealista. Una vez finalizada la cosecha de las tres zonas se realizará un informe para las industrias en las que se evaluará los rendimientos y calidad del producto.”

Para ello, se realizarán análisis de tipo físico-químicos y sensoriales en las unidades que el Itacyl dispone en su centro de Zamadueñas, Tecnali y Senso-Lab.

España es líder europeo en hortalizas siendo Andalucía, Aragón, Cataluña, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura y la Región de Murcia, las mayores productoras. Castilla y León, con casi 14.500 hectáreas y 470.000 toneladas de producción anuales, no se encuentra entre el `top ten´ de comunidades productoras de hortícolas, sin embargo, hay que resaltar que es la principal productora de puerro y zanahoria de España.

Además de poder aprovechar la situación de España como líder europeo en la producción de hortalizas, el consumo al alza de estos productos, el incremento en las exportaciones o las consecuencias que el cambio climático tiene sobre comunidades productoras, Castilla y León dispone de otras fortalezas endógenas.

A este respecto, Carnero ha destacado que “aquí contamos con un excelente terreno, el agua necesaria, la sabiduría y experiencia de los agricultores y una industria hortícola de primer nivel que necesita ampliar su producción y tener la materia prima más cerca de las plantas de transformación. Los costes logísticos son cada vez más altos y la pandemia nos ha dejado claro que las cadenas deben ser lo más cortas posibles. Estos factores endógenos son la palanca que deben impulsar el cultivo de hortícolas en Castilla y León. Especialmente importante resulta el acceso al agua. Y de ahí que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del Itacyl, desde agosto de 2019 haya transformado o modernizado casi 30.000 hectáreas de regadío en toda la Comunidad”.

Desde la Consejería se pretende generar mayor empleo y riqueza el medio rural, y este proyecto es una oportunidad más para aquellas industrias agroalimentarias que requieren entrada de producto a lo largo de todo el año, o al menos durante el mayor periodo temporal posible. Por otro lado, los jóvenes agricultores buscan mayor rentabilidad en sus explotaciones de regadío (los costes energéticos son cada vez más altos y los rendimientos más bajos).