El mundo de la cultura dio hoy el último adiós al escultor José María García Moro, representante del nuevo arte urbano y la transformación de los espacios públicos en las ciudades. Los restos mortales del escultor recibieron sepultura en el cementerio del Santo Ángel de la Guarda de Segovia, tras un funeral oficiado en la iglesia de La Trinidad. Ambos actos contaron con la presencia de numerosos representantes de la cultura segoviana, así como de instituciones públicas y privadas.

Además de artistas, profesores, escritores y representantes la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, de la que el escultor era miembro de número, también acudieron alumnos de la Escuela de Artes Aplicadas, donde ejerció como profesor. El vitralista Carlos Muñoz de Pablos, el pintor Mon Montoya o dueños de galerías de arte, además del alcalde de la ciudad, Pedro Arahuetes, acudieron al entierro.

García Moro, residente en Segovia y muy vinculado a León, falleció el sábado en su domicilio segoviano, en la calle Vallejo, a los 79 años de edad. El afamado artista desarrolló una brillante y artística trayectoria cultural que se caracterizó por su estilo artístico de figuración, abstracción y geométrico en espacios públicos.

Licenciado en Bellas Artes, ejerció la docencia y, tras una larga carrera artística realizó su última intervención en Segovia el pasado 1 de agosto de 2009, dentro del Festival OxigenArte. En su haber se encuentran trabajos de estudio y esculturas de tipo monumental, aunque las intervenciones artísticas en plena calle han sido sus preferidas y por las que se le conoce y reconoce en el sector.

 

 

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