“Carmen” se estrenó en París en 1875 y desde entonces se ha convertido en una de las óperas más representadas de la historia, sirviendo de inspiración para artistas de distintas disciplinas, entre ellas la danza.

Hoy, más de 100 años después de su lanzamiento, el Víctor Ullate Ballet presenta una nueva propuesta de “Carmen”, una obra que quiere alejarse de lo tradicional, pero manteniendo su esencia. La historia de drama, de amor y celos, que se presentó en la capital francesa es ahora vista desde un ángulo contemporáneo, vanguardista y rompedor.

En esta obra, que ha recorrido los principales escenarios de España y que mañana 10 de mayo a las 20:30 horas llega al Teatro Juan Bravo de Segovia, con una entrada única de 25 euros (20 euros para menores de 30 años), se muestra una protagonista diferente. En palabras del propio maestro Ullate, la suya es una Carmen “muy libre, que hace lo que quiere y piensa que por eso no la tienen que criticar”. Es una mujer fatal, coqueta, seductora, que encuentra en la sociedad que la rodea un marco estrecho que la encorseta y del que quiere escapar.

Esta versión sitúa a la protagonista en una nueva dimensión de lujo y glamour: una modelo de alto nivel que por las noches se convierte en escort. Esta Carmen es una mujer con doble vida: por el día es una mujer llena de glamour, por la noche es una mujer apasionada que se enamora de cualquiera. Un personaje lleno de luces y sombras, atractivo, enigmático y transgresor.

Para lograr mostrar una nueva visión de una obra tan antigua, se ha recreado un espacio atemporal que no se interpone entre el espectador y la protagonista. Tanto la escenografía como el vestuario se plantean de esa manera: modernos y atemporales.

La coreografía de esta obra, que no dejará indiferente a nadie, está a cargo del maestro Víctor Ullate y bajo la dirección artística de Eduardo Lao. La música está interpretada por la Orquesta y el Coro de la Comunidad de Madrid. Música en la que, como lo ha explicado el compositor Pedro Navarrete, “los grandes momentos de la genial ópera de Bizet, junto a otros fragmentos menos populares, han sido revisados y en ocasiones reorquestados desde el respeto al material original y siempre al servicio de la danza combinando momentos de gran intensidad dramática con buenas dosis de humor” donde se mezclan la música sinfónica, percusiones étnicas y tambores japoneses.