Enclavado entre la vertiente norte del macizo de Ayllón y la meseta castellana, en la provincia de Segovia, se encuentra el pueblo más ‘sano’ de Segovia.
Su riqueza ecológica, junto a su historia, arte y patrimonio hacen de Riaza una villa para visitar en cualquier época del año. En otoño, por sus colores ocres. En invierno, para respirar aire puro sin importar el frío. En primavera, disfrutando de su paisaje. En verano, para sofocar el calor.
Su casco antiguo, la Ruta del Color, la Ermita de Hontanares, el Mirador de Peñas Llanas… convierten a Riaza en un destino señero en la provincia de Segovia.
La sierra y su aire puro, convierten a Riaza en un pueblo de lo más saludable.
De paseo en otoño
La presencia de una variada vegetación hace posible un gran diversidad de ecosistemas que permiten, a su vez, la colonización de numerosas especies micológicas, señala el Ayuntamiento de Riaza en su página web.
– Pueblos de Segovia para hacer una pausa en el tiempo –
Destacar que en Riaza «la producción micológica no se limita sólo al otoño, siendo muy interesantes la temporada de primavera y, si se producen tormentas, la de verano».
Para entender el porqué de esta riqueza micológica, explica el consistorio riazano, «debemos saber que nos encontramos en una comarca con grandes diferencias de altitud (de los 1000 mts a los 2273 del pico del Lobo) precipitaciones medias relativamente abundantes y, sobre todo, una gran diversidad de habitats, muchos de los cuales todavía están bien conservados».
En las zonas bajas, la vegetación predominante es el encinar, bien sólo o bien mezclado con quejigos, robles o sabinas. En estos hábitats abundan las rúsulas, boletos (aereus y reticulatus) y tampoco es raro ver rebozuelos (Cantharellus subpruinosus) o la esquiva oronja (Amanita caesarea).
Además, hay grandes extensiones de pinares de repoblación (Pinus sylvestris) donde podemos encontrar los apreciados níscalos (Lactarius deliciosus) capuchinas (Tricholoma portentosum) o varias especies de Macrolepiotas.
El hayedo de la Pedrosa
En el hayedo, «destacan ejemplares de tamaños medios enclavados en pendientes elevadas, que define la gran capacidad de asentamiento de la especie en terrenos abruptos y con climas poco favorables como los de montaña. Entre las hayas discurre el río Riaza, afluente directo del río Duero, que nace en este puerto y que aporta la humedad necesaria para que las hayas puedan sobrevivir».
En épocas otoñales cuando el color de su follaje varía de tonos verdosos a tonos anaranjados, ofrece un contrate cromático de extraordinaria belleza, resaltan desde Riaza.
Además, añadido a la belleza de la hayas, destacan la panorámica que se aprecia desde este bosque, pudiendo disfrutar de las vistas del valle del río Riaza, con su embalse situado aguas abajo, el paisaje de montaña cercano al mismo y en la lejanía Riaza y otros pueblos situados en la planicie Segoviana.
Todo un entorno de salud y bienestar.