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El pueblo de Segovia que tiene su propio arrecife apenas llega al medio centenar de habitantes y tiene la colonia de arrecife más importante de la provincia segoviana.

Así lo ensalza la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda, a la que pertenece. Según se puede ver en la web de este organismo, en Castrojimeno se encuentra una colonia de arrecife de coral fosilizados de 86 millones de años del Coniaciense superior.

Para el geólogo Javier Gil, que ha estudiado este arrecife durante una década, «los rudistas de Castrojimeno constituyen un caso único de conservación». Así lo recoge la página de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda.

Este proceso geológico, añade, ha sido descrito en varias publicaciones de geólogos españoles «despertando el interés de otros expertos en todo el mundo».

La ruta del arrecife

Una de las rutas más interesantes de Castrojimeno, va de Carrascal del Río al propio Castrojimeno.

«Los arroyos calizos que surcan el macizo calizo de Sepúlveda han horadado la roca formando barrancos de paredes verticales en su descenso hacia el Duratón«, invita a descubrir la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda.

«Los del Horcajo, la Hoz y Valdehornos, han dibujado un paisaje de hoces y farallones en los que habita una interesante colonia de buitre leonado», subraya entre su riqueza faunística.

Junto a ellos, añade, también es interesante observar chova piquirroja y alimoche.

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No obstante, una de las mayores sorpresas que esconde este rincón son «los arrecifes de coral petrificados de Catrojimeno».

También se pueden contemplar algunos ejemplos «peculiares de tejos centenarios nacidos entre las rocas».

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Los páramos calizos del municipio de Castrojimeno producen «pastos de gran calidad, los cuales históricamente han sido aprovechados por ganado ovino de la raza churra, destinado a la producción de carne de calidad de corderos lechales», señala.

En la actualidad, además, «estos páramos calizos cuentan con alguna repoblación de encinas y robles micorrizados con trufa negra».

Ximeno

Según explican desde Codinse, el nombre de Castrojimeno encuentra su origen en el vocablo latino castrum, «campamento o castillo». A éste, le acompaña el nombre del que fuera posiblemente su primer repoblador ya en la Alta Edad Media, un tal Ximeno.

La iglesia parroquial de Castrojimeno se dedica a nuestra Señora de la Esperanza, y dada la intrincada y encantadora orografía en la que se instala la villa, la domina desde un casi inexpugnable promontorio rocoso.

Asimismo, dentro del término municipal de Castrojimeno se pueden ver las ruinas del santuario de Santa María, y el manantial de la Fuente Grande con su zona de recreo.

Fotografía de portada Rodelar/Wikipedia CC BY-SA 4.0, Enlace 

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