La pandemia ha dejado hoy una estampa diferente del Día de Todos los Santos en Comunidad. Las aglomeraciones y el continúo ir y venir de personas de otros años se han transformado en camposantos medio vacíos. Las restricciones provocadas por el COVID-19, las recomendaciones lanzadas por los ayuntamientos para adelantar y escalonar las visitas y, sobre todo, el miedo y el dolor que está provocando el coronavirus, hizo de hoy una jornada atípica y triste.
Como ejemplo, a media mañana al cementerio de la capital leonesa se habían acercado unas 600 personas -el sábado se rozaron las 2.600 en toda la jornada y el viernes las 1.700- y la previsión para todo el domingo 1 de noviembre se aleja bastante de las 20.000 visitas contabilizadas en los años anteriores.
En los pueblos no han faltado las flores y las visitas pero tampoco en la misma medida que se registraba en años anteriores. La suspensión de los tradicionales responsos comunitarios también ayudo a reducir el número de visitas y evitó también las concentraciones en torno a los nichos, lápidas y panteones a una misma hora en cientos de pueblos.
Además, las restricciones de movilidad impuestas para contener la pandemia han hecho que los residentes en otras comunidades autónomas no se hayan podido desplazar en esta ocasión a sus localidades o ciudades de origen para disfrutar unos días que hasta ahora eran de reencuentro familiar dentro y fuera de los cementerios.
El mismo panorama se vivió en el cementerio San Carlos Borromeo de Salamanca. El encargado del camposanto charro, Tomás Barbero, reconocía que no recordaba un Día de Todos los Santos con una afluencia tan baja de personas. “No sabemos si es por el miedo a contagiarse o porque también había dudas sobre si se iba a cerrar el cementerio. Se han juntado las dos cosas”, explicó Barbero, a la vez que reconocía que la afluencia en las jornadas previas ha sido mayor. “Se ha notando bajón este día, pero también porque la gente ha venido antes. Llevamos un mes con una alta afluencia de personas”, indicó.
Una tesis que también soporta el Ayuntamiento de Salamanca, ya que fuentes municipales aseguraron a Ical que la afluencia este año ha sido más escalonada. En respuesta, recuerdan el llamamiento realizado en la última semana para que los salmantinos no dejaran todas sus visitas para este domingo.
Sobre el terreno, poco trasiego en el camposanto ya sobrepasado el mediodía. Nadie esperando en las vallas habilitadas por el Ayuntamiento y en ninguna de las entradas y apenas puestos de flores en las inmediaciones. Eso sí, una mayoría de lápidas con flores nuevas y buena presencia, lo que a buen seguro confirma que los salmantinos repartieron sus visitas al cementerio en varias jornadas.
En el caso de Valladolid, el acceso y los aparcamientos del camposanto del Carmen se encontraban medio vacíos al mediodía, contrastando con las retenciones de otros años, mientras que la actividad en los puestos de flores era mínima. Allí, los vendedores se lamentaban y coincidían en destacar que esta “maldita pandemia”, además de mucho dolor está provocando “mucha más soledad”.