El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, no quiere pintar de rosa una negra realidad, y prefiere ponerse en el peor de los escenarios para combatir una pandemia en la que los muertos caen a plomo. «Hay que ponerse en la peor de las hipótesis», afirma para incidir: «Estamos trabajando también para la peor de las hipótesis».

Así lo indica en sendas entrevistas publicadas hoy por Diario de Burgos y El Norte de Castilla, donde precisa que desde finales de julio se han tomado las medidas restrictivas y los confinamientos que han sido precisos, con el respaldo de los expertos, y siempre apostando por que el Gobierno central adoptar criterios y umbrales comunes para que los territorios autonómicos actúen.

Reconoce que la imposición de medidas más duras, como el confinamiento domiciliario más suave que en marzo, no es una amenaza sino una posibilidad muy real. » Nunca sería el confinamiento como fue en marzo, de manera abrupta. Podría decirse que programado. Hace muchas semanas que estamos adoptando medidas para que la gente se dé cuenta y vamos a seguir haciéndolo. Hay un plan y vamos a seguir tomando medidas».

En todo caso, dice, hay muchas que tratan de evitar, como el cierre de los colegios y centros educativos, aunque todo depende de la situación de estado de alarma. «El de la educación es un derecho protegido por la Constitución y salvo que hubiera una situación muchísimo más grave… Venimos pidiendo desde abril, prácticamente al mes de empezar la pandemia, un instrumento jurídico normativo que nos permitiera a las comunidades tomar decisiones más ágiles, más eficaces, sin tener que llegar al estado de alarma. La legislación ordinaria que tenemos era insuficiente. Ahora es más necesario que nunca».

Con los nuevos indicadores como la incidencia, la positividad, las camas hospitalarias, de UCI, se dio el visto bueno a medidas de restricción que se irán aplicando. «Igual que hemos cerrado las barras de los bares o decretado el toque de queda, en los próximos días iremos adoptando medidas hasta que la curva se aplane definitivamente», advierte en la entrevista a Diario de Burgos.

«Tenemos que ser conscientes de que en algunos hospitales la ocupación de camas de UCI es casi plena y se tienen que adoptar criterios excepcionales. Que todo el mundo tenga claro que los muertos, desde el 1 de septiembre, rondan los 800 y, desde que empezó la pandemia, son más de 4.600».

Datos de residencias

Respecto a los muertos, y más en concreto a los fallecidos en residencias de mayores, defiende la decisión de la Junta de no facilitar datos desagregados por centros privados, ya que se trata de un problema de protección de datos. En todo caso, dice, «si el Procurador del Común, que es el Comisionado de la Transparencia, nos ordena que demos estos datos, los daremos de inmediato»

Fernández Mañueco espera que el toque de queda sirva para parar la curva, antes de tomar cualquier otra decisión, más en una situación en la que hay sectores muy castigados, como el de la hostelería que, desde su punto de vista, necesita un Plan de Rescate nacional, añade a El Norte de Castilla.

Evaluación

El presidente de la Junta, que reconoce que nadie estaba preparado para la pandemia, incide en que ve necesario hacer una evaluación para saber en qué se ha acertado y en qué no, así como medidas coordinadas desde el Gobierno central y con las autonomías, porque cuando las decisiones se toman de manera conjunta la gente las entiende mejor.

«Le hemos pedido al Gobierno esa evaluación, tenemos que ser humildes, aprender de los errores y, por supuesto, entiendo la confusión. Tenemos que hacer un esfuerzo de coordinación y ahí el Gobierno tiene que ejercer su labor de coordinación. Cuando las decisiones las tomamos conjuntamente Gobierno y comunidades autónomas, la gente lo entiende mucho mejor, como entendió el mensaje de cerrar el ocio nocturno a una determinada hora, el mensaje de iniciar el curso escolar y continuar con él», añade.

Desmarque de Ayuso

Por lo que respecta al desmarque de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en Ávila, tras el acuerdo de cerrar perimetralmente estas dos autonomías y Castilla-La Mancha, explica que la reunión fue entre tres presidentes, Ayuso, él y Emiliano García-Page, en la que se logró dialogar, colaborar y mostrar unidad, aunque una parte mantuviera una posición distinta.

En cuanto a los disturbios de Burgos y en otras ciudades de España, y a pesar de la extrema gravedad de la situación, lamenta los disturbios «de grupúsculos que no han tenido escrúpulos en utilizar la coyuntura para practicar la violencia». «Reitero el llamamiento a la responsabilidad y a la serenidad. Es necesario que todos mantengamos la serenidad y la prudencia. El único enemigo es el coronavirus», añade.

Socio político

En el ámbito político, avanza que los congresos provinciales del PP tendrá que esperar, y no ve motivos para la nueva dirección de Ciudadanos mueva la silla del vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, después de que haya sido reemplazado por Gemma Villarroel como coordinadora de la formación naranja en la Comunidad.

«Empezamos como socios, continuamos con un Gobierno de coalición y ahora estamos trabajando como un equipo perfectamente sincronizado. Lo que ocurra en las organizaciones políticas no influye en la labor del Gobierno. Y nosotros, como PP, estamos volcados en salvaguardar y proteger a las personas de Castilla y León, su salud y el empleo», sentencia.