El cribado de cáncer de útero en Castilla y León incorpora la muestra única al cribado para la prevención y detección de esta patología.

De ese modo, se «evitará que las mujeres participantes, en el caso de un primer positivo, tengan que volver a consulta para una nueva recogida, reduciendo así los tiempos de espera», argumenta la Junta.

La medida fue aprobada por el Consejo de Gobierno en su reunión de este jueves 23 de febrero.

Mujeres de 25 a 65 años

Refuerza el programa que tiene como población diana a las mujeres con edades comprendidas entre los 25 y los 65 años, siendo su desarrollo, explicado de una forma somera, en dos franjas etarias: entre los 25 y los 34 años, citología cada tres años que, si resultara positiva, conlleva una nueva prueba analítica para su confirmación; y entre los 35 y 65 años, determinación del virus del papiloma humano de alto riesgo cada cinco años que, en el caso de positivizar, supone la realización de triaje mediante citología.

Los últimos datos oficiales, correspondientes a 2021, arrojan que Sacyl hizo 66.965 pruebas de cribado (coincidentes en número con las de diagnóstico citológico), con 634 resultados positivos en esa primera fase. Por su lado, la determinación del virus de papiloma humano de alto riesgo oncogénico alcanzó las 64.693 muestras, de las que 5.095 (el 7,88  por ciento) fueron positivas a la presencia del VPH.

A partir del próximo 1 de marzo, este programa de cribado poblacional modifica parte de su operatividad en lo concerniente a la toma de muestras, que pasa a ser mediante una única recogida por consulta para cada una de las mujeres participantes.

Para ello, el Consejo de Gobierno ha autorizado el expediente sanitario que, valorado en 1,253.360 euros y dos anualidades, permitirá el suministro de elementos para la recogida de muestras ginecológicas y de los viales a tal fin necesarios, así como del servicio de diagnóstico citológico y de determinación del virus del papiloma humano de alto riesgo mediante técnicas de biología molecular.

La implementación de esta única toma de muestras por cada una de las participantes conlleva una mayor eficiencia al evitar que, en los casos con resultado positivo, tanto en la prueba citológica como en la de tipaje viral, sea necesario que la mujer vuelva a consulta para la realización de una nueva recogida vaginal.

Esta preservación de la muestra a través de un único vial en medio líquido que, a partir de ahora, se llevará a cabo, no solo evitará esa segunda consulta, sino que acortará el tiempo que la participante ha de esperar para la confirmación o no del diagnóstico ante un primer positivo, ya sea en el cribado o para la determinación del tipo de VPH.