El corazón judío de Segovia

El corazón judío de Segovia se encuentra en pleno centro de la ciudad. Todo indica que ya en época romana había presencia judía en Segovia.

Así lo indica la Red de Juderías de España Caminos de Sefarad que apunta que las primeras menciones se remontan a los primeros años del siglo IV de nuestra era.

Posteriormente, ya en el siglo XIII se encuentra una mención documental a esa comunidad judía. «Se trata de un interdicto promulgado por el obispo Giraldo, en el que censuraba el juego y las apuestas entre judíos y cristianos que se daban en la parroquia de San Miguel, en pleno centro de la ciudad», señala la Red.

En convivencia

La norma es llamativa y, sobre todo, recalca, «refleja una convivencia normalizada entre comunidades que incluso compartían tiempo de ocio, lo que indica que probablemente la presencia sefardí se remontaba, al menos, a cierto tiempo atrás».

Durante el siglo XIV la comunidad judía está más documentada. Al parecer en Segovia hubo entre 50 y 100 familias y que, incluso, compartían actos religiosos con los cristianos.

Y las cosas empezaron a cambiar

Sin embrago, «lamentablemente, tal y como ocurrió en muchas aljamas de Castilla, durante ese siglo se van deteriorando poco a poco las relaciones entre cristianos y judíos, especialmente a partir de determinadas decisiones políticas». Por ejemplo, Caminos de Sefarad resalta que»en 1369 se producen altercados después de que el rey impusiese una moratoria general a deudas contraídas con judíos: algunos cristianos asaltan las casas de los sefardíes para hacerse con los documentos acreditativos de los préstamos».

Más tarde, en 1412, las llamadas Leyes de Ayllón, «obligaban, entre otras disposiciones muy dañinas para las comunidades sefardíes, a concentrar a la población judía en un área concreta de la ciudad. En Segovia esta judería, la primera que tiene la ciudad porque hasta ese momento los judíos habían vivido en las mismas calles que los cristianos, estaba entre la actual plaza de la Merced y la puerta de San Andrés».

En este contexto se produjo la confiscación de la Sinagoga Mayor, según algunos autores como castigo por los sucesos del Corpus Cristi (un proceso contra judíos causado por la presunta profanación de una hostia que ya se ha convertido en leyenda) según otros porque tras la creación de la judería ésta quedaba fuera de sus límites.

Con la llegada de los Reyes Católicos, la situación se complica aún más y, finalmente, tras el Edicto de expulsión en 1492 la aljama segoviana desaparece, muchos judíos se convierten y muchos otros toman el camino del exilio.

La Sinagoga Mayor de Segovia

La antigua Sinagoga Mayor, actual iglesia del Corpus Cristi, muy cerca de la Plaza Mayor de Segovia, ha tenido una historia azarosa.

Actualmente, «se puede disfrutar del carácter claramente sefardí de este edificio del siglo XIII que nos recuerda mucho a Santa María la Blanca de Toledo», destaca la Red de Juderías de España.

La leyenda cuenta que «en el año 1410 el sacristán de la iglesia de San Facundo contaba con muchas deudas, y fue a pedir un préstamo a un judío médico adinerado de la ciudad.  Éste accedió a prestarle el dinero si a cambio le entregaba una hostia consagrada. El sacristán aceptó y una noche se realizó en cambio (en una calle que hoy se llama del Malconsejo por lo que allí aconteció aquella noche).

El médico se reunió con otros judíos en la sinagoga Mayor de Segovia y decidieron arrojar la hostia consagrada en un caldero de agua hirviendo que tenían puesto al fuego. Pero antes de llegar a rozar el agua, la forma se detuvo en el aire, la sinagoga empezó a temblar y un muro se abrió de arriba a abajo: por allí salió mágicamente el cuerpo de Cristo y sobrevoló toda la ciudad para ir a refugiarse al monasterio de la Santa Cruz.
Enterado el Obispo de Segovia de aquel suceso, quiso averiguar la causa del mismo y se iniciaron las investigaciones. El Sacristán confesó inmediatamente su culpa y el médico fue apresado y condenado a muerte. El Rey, Juan II, confiscó la Sinagoga, entregándola al Obispo, quien la consagró inmediatamente al culto cristiano, y llamándola, en memoria de lo que allí sucedió, Iglesia del Corpus Christi, cediéndola a la comunidad religiosa de las Hermanas Clarisas que hoy día continúan allí.

Un cuadro de Vicente Cutanda, con el título de «El Milagro de la Eucaristía», en la entrada de la Iglesia del Corpus Christi, nos relata lo que allí cuenta la leyenda que aconteció».

*Vídeo de la Red de Juderías de España Caminos de Sefarad

*Fotografía de portada procedente de Turismo Castilla y León cedida por Turismo de Segovia.

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