El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, escenificó el regreso del ‘Códice Calixtino’ al archivo de la catedral de Santiago de Compostela en un acto simbólico que sirvió de homenaje a la labor realizada por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y de exaltación del patrimonio histórico gallego. Precisamente, el jefe del Ejecutivo central anunció la firma de un convenio entre el Gobierno, la Xunta y el Arzobispado para establecer medidas de seguridad que garanticen la preservación de los bienes culturales que custodia la Iglesia.

«De los acontecimientos se suele aprender, sobre todo de los que no son gratos», afirmó, en presencia del arzobispo de Santiago, Julián Barrio, el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y numerosas autoridades políticas y eclesiásticas, para incidir en que hace falta «un esfuerzo mayor» en la protección del patrimonio.

Rajoy, muy criticado por la oposición por acudir a Galicia a «ponerse la medalla que corresponde a los investigadores», fue abucheado por los peregrinos y transeúntes congregados en la praza do Obradoiro tanto a su llegada como a la salida del templo, con gritos de «fuera, fuera» o «ese coche vale muchos miles de euros», entre los que se intercalaron también algunos vítores y aplausos. Quizás motivado por el rechazo social, y sobre todo político, generado por su presencia, el presidente realizó un discurso breve, centrado en reivindicar «el trabajo, la dedicación, el esfuerzo y la competencia de unos servidores públicos que han estado, una vez más, a la altura de las circunstancias» al lograr recuperar el valioso libro del siglo XII que, recalcó, «tiene propietario, pero todos lo sentimos como nuestro».

«Vivimos unos tiempos en los que no se dan de forma habitual muy buenas noticias», dijo antes de agradecer, en particular, la labor realizada por la Brigada del Patrimonio Artístico, adscrita a la unidad de delincuencia especializada de la Policía Judicial. A ellos les felicitó «por el buen resultado de la operación, fruto de la profesionalidad y la perseverancia en la lucha contra una forma de criminalidad especialmente nociva», que culminó el miércoles pasado con el hallazgo del códice en un aparcamiento en Ames, un año después de su desaparición, y con la detención del autor confeso del robo, el exelectricista de la catedral M.F.C., su mujer, su hijo y la novia de éste.

Consciente de que el manuscrito ha estado doce meses «almacenado en muy deficientes condiciones» -apareció escondido en varias bolsas de plástico en un garaje-trastero muy sucio- el jefe del Ejecutivo ofreció su colaboración al Arzobispado para que el Instituto de Patrimonio Histórico Español «haga un chequeo, una evaluación» del estado de la obra, considerada la primera guía turística de la historia, para detectar posibles daños.

La devolución del ‘Códice Calixtino’ se produce apenas dos días después de la entrada en prisión del exempleado de la catedral, acusado de robo con fuerza, delitos contra la intimidad y blanqueo de capitales. También ingresaron en la cárcel de Teixeiro su esposa e hijo, imputados por este último delito, mientras que la novia de este quedó en libertad con cargos tras declarar en comisaría. Entretanto, continúan las pesquisas para determinar el origen de los 1,2 millones de euros que la Policía Nacional halló en los registros de propiedades del principal procesado.

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