El último día para la adquisición del kit de bordado será el 12 de marzo, día en el que se va a celebrar la jornada ‘Lágrimas negras. Arte y concienciación social contra la esclavitud sexual’, que tendrá lugar de 9,30 a 20 horas, en el campus con motivo de la conmemoración del Día de la Mujer que se celebró el pasado 8 de marzo.

En esta jornada del miércoles se realizará la presentación y una interpretación de la obra y del problema al que apela. Participarán la directora creativa,promotora y primera autora, Alejandra Corral, así como Antonio Rivas, director del Proyecto Esperanza y de la Fundación Amaranta, organización destinataria de los fondos que se recauden. Además los profesores de arte José María Parreño (Universidad Complutense de Madrid) y María Teresa Alario (Universidad de Valladolid) disertarán sobre la creación artística en relación con la mujer y la transformación social.

La jornada de tarde consistirá en un taller creativo en el que las mujeres que lo deseen podrán realizar su pieza de bordado para sumarla al tapiz, cuyo plazo de adquisición del kit de bordado será el 12 de marzo en las oficinas de Caja Rural.

La obra se expone por primera vez en España y sus promotoras han elegido el Campus de Segovia como lugar expositivo. La acción está arropada por diversas organizaciones, como la Fundación Caja Rural o la Asociación de Cocineros, que se encargará de preparar un aperitivo para los asistentes, además de la colaboración alumnos, profesores de varias entidades de la propia Universidad de Valladolid como el Área de Asuntos Sociales, la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación, la Facultad de Educación, el Vicerrectorado del Campus de Segovia, la Cátedra de Estudios de Género y el Máster en Comunicación con Fines Sociales.

‘Lágrimas negras’ es probablemente el tapiz colectivo con fines solidarios de mayores dimensiones hecho hasta el momento. Son muchas las lecturas del valor artístico y solidario de este tapiz. Se trata de un trabajo manual, que conecta con el trabajo manual y con el trabajo tradicional de la artesanía de mujeres, infravalorado en los contextos academicistas del arte pero que incorpora otros muchos valores humanos y sociales. El trabajo de bordado se convierte en entrega,anonimato, detalle, transferencia entre mujeres, trabajo doméstico, tradición. La ideación de Kuska compone un tejido de individualidades y donaciones que transforma nuestra impotencia ante la violación sistemática de los Derechos Humanos en un potencial vehículo de cambio.

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