Segovia nunca había visto su emblemático cochinillo de tantas maneras diferentes. Referencia en esculturas como la de Cándido, Mesonero Mayor de Castilla, en la Avenida Ezequiel González, en la letras de ‘Oda al cochinillo’ del Nuevo Mester de Juglaría o como personaje animado en la aplicación de turismo interactivo ‘Tourkhana’, solo son algunos de los ámbitos en los que este ilustre e insigne animal representa toda una tradición.
Ahora una piara de 31 animales fabricados con escayola ocuparán el espectacular entorno de la Alameda del Parral con motivo de la celebración de la Noche de Luna Llena 2013 organizada por el Ayuntamiento de Segovia. Artistas segovianos de renombre como José Luis López Saura, Luis Moro, Patricia Azcárate, Mariano Carabias o Dámaris Montiel son solo algunos ejemplos de la treintena de artistas que decorarán a los cochinillos fabricados desinteresadamente por los ceramistas Pablo Caballero y Miguel Ángel Molinero de la Academia Estudio Arte.
Ángel Molinero posa con las esculturas
A modo de la ya mítica ‘CowParade’, que ha inundado más de medio centenar de ciudades en todo el mundo con vacas moldeadas con fibra de vidrio, ‘La piara fantasma’, nombre que recibe la actividad, vendrá acompaña de otros 100 pequeños cochinillos desnudos para que sean los más pequeños los que puedan vestirlos a su antojo. Los animales podrán verse además por la ciudad en otras fechas y sin previo aviso para otorgar otro punto de vista a un entorno patrimonial que convivirá con estos ejemplos del arte contemporáneo que se respira en la ciudad.
Desde el seno del tradicional barrio de San Lorenzo, la Academia Espacio Arte fue la encargada de llevar a cabo la creación de los animales a imagen y semejanza de uno de sus alumnos, Alberto Agallón. La estrella encargada de posar fue uno de los animales comprados a propósito para la ocasión y el resultado final dio a luz a un ejemplar de 48 centímetros de largo, 25 de alto y 7 kilos de peso aproximadamente.
Pablo Caballero decorando uno de los cochinillos/
Así lo explica a la agencia Ical Miguel Ángel Molinero, uno de los maestros de la Academia que lleva un mes trabajando “duro” para la conformación de esta particular piara que recibe cada día entre dos y tres esculturas nuevas. Para ello, sus alumnos usan un molde de silicona que rellenan con una de las escayolas más duras del mercado incluso utilizada por dentistas.
Además, Molinero será el encargado de dotar a esta noche de un carácter más mágico si cabe gracias a su actividad ‘Lunas de fuego’. A través de la técnica de la cerámica Rakú que aparece a mitad del siglo XVI con influencias de la filosofía budista zen y de la japonesa ceremonia del té, el ceramista segoviano elevará la temperatura de la luna a 1000 ºC. La actividad conformará el astro ofreciendo la posibilidad de decorarlo gracias a la rapidez de cocción estimada entre una o dos horas, que presenta esta técnica cuyo nombre significa “alegría y tranquilidad”.
Alumnos de la Espacio Arte
El oro de Segovia
La proyección internacional de artistas como Luis Moro servirá para llevar el nombre de Segovia a otros países y para mostrar lo que algunos consideran como uno de los pilares y atractivos fundamentales de la gastronomía y cultura segoviana. El emblemático cochinillo segoviano ya no es exclusivamente un plato tradicional sino que ha traspasado fronteras para convertirse en todo un icono y símbolo que ya utilizó por ejemplo el Festival Internacional de Títeres de Segovia, ‘Titirimundi’, cuando alzó sobre el cielo de la capital un gigante cochinillo hinchable.
Esta imagen exterior de la que presume Moro ayudará a acercar el ámbito artístico segoviano “desde otra perspectiva y en otros contextos” como explica. Agradeciendo su participación en la iniciativa, el artista confiesa que su figura animal estará decorado con motivos florales y otras referencias del arte contemporáneo para transmitir su pasión por el arte en una ciudad “muy sensible” con esta disciplina y que se plasma en los numerosos eventos que se celebran en ella. “Todo lo que sea acercar el arte a la calle es positivo para el sector y para la ciudad”, subraya.
El animal de Patricia Azcárate y el de Luis Moro, preparados para la Noche de Luna Llena
Aunque de la cantidad de actividades culturales que se mueven en Segovia, la artista Patricia Azcárate se muestra de acuerdo, difiere de la idea de que la sociedad segoviana esté en contacto con el arte contemporáneo. “Es una minoría la que se interesa por conocer este tipo de arte” asegura para señalar que “hacen falta más iniciativas como esta que acerquen el arte a los ciudadanos”.
Madrileña de nacimiento y afincada desde hace 20 años en Segovia, Azcárate ha participado en numerosas exposiciones itinerantes, galerías de Madrid y en citas de relevancia como la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ARCO). No obstante la oportunidad de participar en ‘La piara fantasma’ corresponde toda una oportunidad de “colaborar con la ciudad para impulsar su motivación y su creatividad”.
El pan de oro será la característica principal de su cochinillo para denotar que “el cochinillo es una de las insignias más significativas de la ciudad y que hace que muchos turistas la visiten para disfrutar de este manjar culinario que también aporta beneficios económicos a la ciudad”. Un objeto sagrado, un ritual incide, que llega a dotarse de un carácter mitológico “e incluso fetichista”.
Arte para reinventarse
Con una sociedad implicada en el ámbito cultural de su ciudad, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Segovia, Clara Luquero, asegura rotundamente que la supervivencia de la Noche de Luna Llena es posible gracias al tejido social y cultural de una ciudad de unos 56.000 habitantes. Tras el cierre de la Oficina ‘Segovia 2016’, cuando el sueño se rompió, y con una crisis acuciante, Luquero subraya que sin la colaboración de artistas y ciudadanos “difícilmente hubiera sobrevivido la celebración”.
En este sentido, José Luis López Saura, otro de los artistas emblemáticos que han colaborado con ‘La piara fantasma’, se muestra seguro de que en tiempos de crisis, el arte “sirve como medio para reinventarse cada día y para dejar volar la imaginación más que nunca”. Por este motivo, considera de vital importancia la cercanía del arte contemporáneo con una sociedad segoviana a la que ya percibe implicada con esta disciplina. “Hay que hacer que el arte sea cada vez más popular”, explica. Su participación en la instalación consistirá en la transformación de la piel cochinillo para dotarle de un carácter salvaje. Para ello, pintará al pequeño animal con los característicos colores de la piel de leopardo recordando sus tintes surrealistas que le han llevado a trabajar en la publicidad y cine.
Junto a otros artistas como Carlos Muños de Pablos, Mon Montoya o Juan Pita, también participa Pablo Caballero quien plasmará en su guarro la pasión por la naturaleza que le llevó a crear la serie de pinturas ‘Sentir el Eresma’ expuestas en el Teatro Juan Bravo recientemente, dos zonas de especial relevancia para “una ciudad muy viva culturalmente y que sabe apreciar el arte y la cultura”.